Estos días está saliendo a la luz el dineral que se han gastado los dos últimos equipos municipales en mantener una cosa que estaba desahuciada desde hace décadas, por no decir desde siempre. Cuando en Vitoria había una plaza de toros que no se llenaba desde los tiempos de El Cordobés, se empeñaron en hacer una más grande y nos la vendieron como multiusos. Bueno, siendo así -pensábamos-, por lo menos tendrá una utilidad. Pues no. No fue multiusos. Sólo servía para ese espectáculo sangriento y cruel.

El actual equipo municipal viene echando órdagos de farol a ver si alguien pica y va a los toros. Pues no, por una sencilla razón. En Vitoria no hay afición a casi nada, y a los toros tampoco. ¿Por qué insisten? ¿no hay otras ciudades en las que no hay toros y la vida sigue, incluso con fiestas? Y no hablo de Kuala Lumpur, no. Hablo de Galicia, Canarias, Catalunya o Cádiz y Jaén, estas últimas en Andalucía, tierra de toros y toreros. ¿Por qué ese empeño y no, por ejemplo, traer espectáculos de lucha summo a ver si se llena la plaza?

Con los toros ya se ha visto que sólo se generan pérdidas y no del bolsillo de Lazcoz y sus muchachos, sino de la ciudadanía de Vitoria-Gasteiz, ya hipotacada para los restos por los últimos ayuntamientos. Y me pregunto ¿habrá defendido Lazcoz en Europa nuestra insustituible feria taurina para lograr el Green Capital con el mismo interés y dinero que lo hace aquí? Supongo que invitará al jurado a presenciar nuestra inigualable y ruinosa feria taurina. Así habría menos huecos.