LA campaña electoral ya está aquí. De hecho, ya lleva unas cuantas semanas en marcha a pesar de que aún faltan dos meses para las municipales y forales. Los partidos y los candidatos tienen prisa. Unos más que otros, pero prácticamente todos ellos entienden que cuanto antes se pongan a contar las bondades de sus proyectos antes conseguirán adeptos para su causa. El más madrugador fue el pepero Javier Maroto, seguramente porque antes de concienciar a los vitorianos tuvo que convencer a los de su propio partido de la idoneidad de su candidatura como cabeza de cartel. En cambio, poco o nada se sabe por ahora de su tocayo y compañero de equipo Javier de Andrés, quizá por pereza o por confianza en que la Diputación será suya en virtud de una vieja deuda con el PSE. Pero los socialistas alaveses no están por la labor. No al menos Txarli Prieto, al que su ambición por el cargo le impide plantearse cesiones de antemano en este sentido. Otra cosa es que le obliguen... El aún alcalde Patxi Lazcoz parece empeñado en inaugurar BAICs, Intermodales o lo que sea para hacer ver que hace y que ha hecho. El último en incorporarse a esta carrera han sido el jeltzale Gorka Urtaran, que antes incluso de vender proyectos tendrá que conseguir que los gasteiztarras asocien su nombre y su partido a una cara nueva. Xabier Agirre no tiene ese problema, el de darse a conocer digo, pero sí deberá sortear otros líos para aspirar a repetir en la Diputación. Viene calentita la campaña. Y larga, muuy larga. Abróchense los cinturones que llegan curvas.
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