La cifra de desempleados inscritos en el Inem en febrero es de 4.779.894 de personas. Descontados los demandantes con condiciones especiales, queda la cifra que vende el Gobierno de 4.299.263 parados. Ambas cifras son dramáticas y confirman los peores pronósticos: que 2011 va a ser un año terrible para el empleo, y que la reforma laboral de 2010 es inútil si la economía, en su conjunto, no crece. El problema del paro se apalanca a la crisis general de la economía española, golpeada por el aumento de los impuestos, el incremento de la inflación y el miedo de los ciudadanos a perder su empleo. El recorte de salarios a los funcionarios ha retraído su importante fuerza de consumo y la escalada de precios debilita las economías familiares. No hay condiciones para crear empleo y sí para que el paro registrado se aproxime a cinco millones de parados. Corbacho descartó en enero de 2009 que se llegara a los 4 millones de parados, y en septiembre de ese año que se alcanzara la tasa del 20% de paro. Ya se han superado ambos datos.
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