(Respuesta a la tribuna Un castilllo de arena, publicada en DNA el pasado martes 15).

Las termitas crean castillos de arena de hasta 4 metros de altura para refrigerar sus termiteros por puro instinto. Sirva esto de contraejemplo para su idea de que la naturaleza no puede crear nada. Y sí, el instinto de crear termiteros surgió por puro azar, en un lapso de millones de años puede ocurrir, al igual que otro ingente número de mutaciones que no prosperan por no suponer ninguna ventaja.

De todas formas una refutación mucho mejor se puede encontrar en El espejismo de Dios (The God Delusion) de Richard Dawkins, libro que recomiendo a todos.

Hablemos de la parte que me ha movido a escribir esta contestación, la cita fuera de contexto que ha hecho de Albert Einstein. Su frase "Dios no juega a los dados con el universo" se refiere a su desacuerdo con la interpretación de Copenhague, para resumir (y es mucho resumir y demasiado simplificar) no le gustaba que no podamos conocer a priori el resultado de ciertos experimentos, excepto como un cálculo de probabilidad.

Einstein sostenía que deben existir unas variables ocultas que nos permitan predecir el resultado con certeza total al igual que ocurre en la mecánica clásica (que nos permite predecir la trayectoria de un satelite en orbita, cosa que no ocurre en la mecánica cuántica con la trayectoria de un electrón en el atomo, por ejemplo). De momento la evidencia experimental corrobora la física cuántica, por lo que dicha frase además de sacada de contexto es incierta.

Una anécdota, a la citada frase Niels Bohr (uno de los padres de la interpretación de Copenhague) respondió "Deje de decirle a Dios lo que tiene que hacer". Para terminar citaré a Martin Lutero: "La fe debe sofocar toda razón, sentido común y entendimiento".