Señores políticos: Cuando se afiliaron a sus respectivos partidos, lo hicieron por libre decisión. Nadie les obligó a ello. Eligieron la afiliación como el mejor medio de trabajar por el bien del pueblo de Vitoria-Gasteiz. Eso es, al menos, lo que nos dijeron. Y nosotros, crédulos, les creímos que no lo hicieron para pasar de ganar 1.500 euros al mes a embolsarse 5.000. Se trató de una iniciativa suya, espontánea y llena de generosidad. Se comprometieron con todos nosotros porque decían tener, antes de las elecciones, ideas y soluciones para todo. ¡Hasta el pan de cada día nos habían prometido, si hubiera habido elecciones cada semana! Pero, nada más sentarse en sus sillones de mando, llega nuestra decepción. Aquellas ideas y soluciones se desvanecen. Sólo se oye el rifirrafe y la discusión. Nadie dice ya qué hay que hacer o cómo hay que hacerlo. Sólo qué mal lo hace el contrario, sin molestarse siquiera en ofrecer el más mínimo argumento en favor de su opinión. Y así día tras día los cuatro años de mandato.
Yo quiero animarles, con esta carta, a que retomen sus buenos propósitos iniciales. Dejen de estar todo el día a la greña, siéntense a hablar y a acordar para que lo que queremos los ciudadanos y lo que ustedes mismos prometieron pueda llevarse a cabo. Seguro que es posible. Dejen de pensar tanto en las siglas de su partido y piensen un poco más en nosotros, que somos, al fin y al cabo, los que les pagamos. Y recuerden lo que he dicho al principio: ni nosotros les obligamos a estar donde están ni ustedes son imprescindibles.
No nos obliguen a pensar que sólo saben ponerse de acuerdo para el sueldo. Ni se defiendan diciéndonos que ya se lo han bajado por la crisis. El suyo está todavía, incluso después de esa reducción, muy por encima del de la inmensa mayoría de los trabajadores de esta ciudad, que tienen que conformarse, si es que no están en el paro, con uno de 1.300 o 1.500 euros como media. Piensen sólo en ganárselo de verdad trabajando por el bien de la ciudad para la que les hemos elegido. Menos palabras, por tanto, y más obras. Tienen ustedes tajo: el BAIC, el soterramiento, la intermodal, Arakamendi y todo lo que nos prometieron.
Vicente González Santano
Vitoria-Gasteiz