Hace trece años, una vez más, Trebiño habló para decir que quiere formar parte de Álava-Araba. En marzo de 1998 se celebró la consulta popular en la que una amplia mayoría de trebiñeses y trebiñesas expresamos nuestra voluntad de ser alaveses, pero hemos visto ninguneada nuestra voluntad y el PP, con la inestimable colaboración del PSOE, ha vulnerado y menospreciado la voz de esa mayoría.

La primera decisión que adoptó en esta legislatura la alcaldesa del PP, con el apoyo del PSOE, fue retirar de la fachada del Ayuntamiento la pancarta con la leyenda Burgos, en contra de la voluntad de los trebiñeses/Burgoskoa, trebiñuaren borondatearen kontra.

Ésta es la lamentable realidad que padecemos hoy quienes vivimos en Trebiño, una realidad impuesta por quienes moran en otro lado aunque cada cuatro años nos visiten antes de la celebración de elecciones.

Coincidiendo con el aniversario, hemos recibido la paradójica visita del presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, acompañado por otros miembros de su partido. Pero esta fugaz visita no ha tenido el objeto de atender la solicitud de comparecencia ante la Comisión de Trebiño del Parlamento Vasco, a la que reiteradamente ha dado la callada por respuesta. La visita de tan ilustre autoridad se ha debido a la inauguración de las nuevas instalaciones de la Haur Eskola, que han costado un total 605.900 euros, con un desembolso de las arcas municipales de 121.180 euros. Pero este proyecto ha nacido sin un estudio que prevea la evolución demográfica de nuestro municipio. De hecho el antiguo centro disponía de 25 plazas y estaba ocupado por 16 niños y niñas y el recién inaugurado tiene capacidad para 41, pero sólo 19 están inscritos. Siendo realistas, pronosticar la ocupación de todas las plazas es puro espejismo.

Este es uno claro ejemplo de funcionamiento desastroso de la alcaldesa. A escasos meses de las elecciones, espero que la nueva Corporación electa mantenga, como criterio inquebrantable, el respeto a la voluntad de sus vecinas/os y, como virtud, la mayor y mejor capacidad de administración de los recursos municipales.