UNA de las cosas heredadas de la dictadura ha sido el enorme peso que tiene la banca en la política española. De hecho, la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas opinan que los bancos tienen más poder que el Gobierno, como refleja un estudio del CIS. Este enorme poder es también percibido en el extranjero. De hecho, el New York Times escribió un artículo sobre esta cuestión en el cual se comentaba la situación que sufren miles de españoles que al no poder pagar sus hipotecas son desahuciados, teniendo que abonar la totalidad de esta deuda al banco, empezando así un auténtico calvario al carecer de dinero y de hogar, por no mencionar la situación en la que queda el avalista. En contraposición, el banco sale beneficiado, primero subastando la vivienda y en el caso de no tener comprador, quedándosela a la mitad de su valor.

Esto llama la atención en países como Estados Unidos, ya que allí una persona que no puede pagar su hipoteca se le quita la casa, pero no se le exige seguir pagando. Por no olvidar que en ese país han surgido movimientos que piden que ya que el Estado está prestando dinero a los bancos, éstos dejen a las personas embargadas seguir viviendo en sus hogares a un precio reducido.

Otros dos elementos que llaman la atención de nuestro injusto sistema financiero son que si declaramos la bancarrota por impago en el caso de la vivienda, no tengamos derecho a recibir ningún tipo de protección, sin olvidar la retención que hacen los bancos a los sueldos de sus clientes, para el cual no necesitan de una autorización judicial previa.

A esto hay que añadir que la agencia de calificación de riesgo Standard and Poors ha hecho público un estudio en el que informa que dada la actual situación del sector inmobiliario en España, hay ya un 8% de hipotecas que son más caras que las propias viviendas, cifra que podría llegar hasta un 28% en un futuro próximo.

Es por esto que si la casta política quiere mejorar su imagen, debería empezar por reformar el sistema financiero introduciendo medidas como la dación en el pago, consistente en que el deudor o deudora entregue las llaves de su casa al banco si no puede pagarla, dando así por saldada la hipoteca. Algo que no sería nada extraño ya que países como Francia aplican esta medida.

Sin olvidar que se podría a exigir a los bancos y cajas que reciben fondos públicos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) sacar en alquiler la totalidad de las cerca de 60.000 viviendas que tienen en stock a un precio de 400 euros.