Los británicos, los noruegos y los daneses no se duermen conduciendo a 110 kilómetros por hora. Nosotros no somos ni británicos ni noruegos ni daneses.

Si fuésemos británicos, noruegos o daneses no nos dormiríamos y tampoco tendríamos una clase política, toda, tan lamentable como la que nos vemos obligados a soportar.

Las clases política británica, noruega o danesa seguramente no sobrepasan los límites de velocidad tanto en los coches oficiales como en los privados.

Nuestros políticos, todos, como no son británicos, ni noruegos ni daneses han sobrepasado y seguirán sobrepasando ampliamente los límites de velocidad establecidos tanto en coches oficiales como en particulares.

Y así sucesivamente...