Angela Merkel quiere que trabajemos en Alemania. He vivido allí siete años y, primero, es una forma de contratar mano de obra barata. A los que vayan no les pagarán como a un trabajador alemán nunca y les promocionarán en último lugar cuando no haya más alemanes a quien ascender. Harán las tareas que ellos no quieran hacer y serán inmigrantes de segunda clase. De primera están los norteamericanos, los japoneses, los nórdicos, los ingleses y franceses. La opinión que se tiene aquí de un africano la tienen ellos de los españoles. Además, los alemanes no son un derroche de simpatía. ¿Crees que te van a invitar a salir con ellos a tomar una caña después del trabajo? Ni lo sueñes.
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