Triste noticia para la afición taurina vitoriana la ruptura de relaciones entre el Ayuntamiento y Vitauri, la empresa organizadora del los festejos, sociedad sin animo de lucro, compuesta por conocidos aficionados vitorianos. Tenemos muchas posibilidades de volver a la época de la caverna taurina que se había convertido Vitoria antes del cambio del modelo de gestión, por cierto tan alabado y tan ensalzado dentro de los estamentos taurinos de la geografía nacional.

Las pérdidas acumuladas se hacían muy pesadas y no hay formación política que las aguante y menos en año electoral. Se ha roto la cuerda por donde los aficionados decíamos que era el punto vulnerable del modelo de gestión: la rentabilidad económica de los festejos, aunque nadie pone en el lado positivo de la balanza la rentabilidad social. La hostelería y los responsables de atraer visitantes a nuestra ciudad quizás tendrían algo que decir.

Lo que más me llama la atención es el descargo de responsabilidad que hace la clase política cargando las tintas en la gestión de Vitauri, que ha funcionado siguiendo las directrices del Consistorio vitoriano. La de veces que hemos oído de boca de nuestra primera autoridad que la Feria de la Blanca debería ser la mejor del norte y que los bilbaínos deberían empezar a estar preocupados de perder su hegemonía taurina. Claro está, no hay duros a cuatro pesetas y los festejos cuestan lo que cuestan, y no poco por cierto. Vitauri trabajó en esa dirección y logró organizar las mejores ferias que Vitoria haya vivido desde los años setenta. Quizás Vitauri en su quehacer se excedió al disparar con pólvora del rey, pero de ahí a endosarle la responsabilidad de los resultados económicos va un trecho. Ahora nos anuncian una nueva versión del modelo de gestión. Continúa el Ayuntamiento como empresario pero subasta la contratación de la empresa organizadora y le pone dos condiciones: la obligatoriedad de que el 60% de los toreros contratados estén entre los 10 primeros del escalafón y que el coste organizativo no supere el millón de euros. Supongo que el Ayuntamiento estará preparado ante el aluvión de empresas que se van a presentar. Esto es un chollo para el taurineo profesional. Cierto que el Ayuntamiento controlará los contratos y pagará religiosamente lo acordado, pero no conocerá de la misa la media lo cocido entre bambalinas. Así es este mundo. Además, nada sabemos si hay obligaciones sobre la calidad del ganado. Otra válvula de escape. Si de mí dependiera, intentaría recuperar la gestión de Vitauri, pero acotándole el límite de gasto. Estoy convencido que esos dineros serían administrados de la mejor manera posible en el solo y exclusivo beneficio de la ciudad de Vitoria y mantendríamos una Feria acorde a los niveles de su afición.