Uno de los pilares fundamentales para la optimización del combustible que sirve a los vehículos para circular es adquirir unos correctos hábitos de conducción. Existen pautas elementales que llevadas a la práctica nos permiten ahorrar el preciado líquido derivado del petróleo. Conducir con las ventanillas bajadas eleva el consumo de combustible hasta un 5%. Tener el auto en condiciones óptimas nos proporciona seguridad, pero también es una buena estrategia para el ahorro energético.
La crisis en los países productores de petróleo, Libia sobre todo, ha desencadenado un profundo malestar. El Gobierno, preocupado por el repunte en el precio del oro negro, ha decidido tomar medidas encaminadas al ahorro energético. La gran aportación al problema, por parte del Gabinete Zapatero, ha sido limitar la máxima velocidad de los vehículos en autopistas y autovías hasta 110 kilómetros hora. Dicha rebaja afirma que el ahorro de gasolina podría llegar a un 15%. Unos cálculos que carecen de base científica. Tampoco se hace mención de unas buenas prácticas a la hora de conducir como las señaladas anteriormente.
Lo único que se vislumbra es que estamos a las puertas de un proyecto claro de recaudación: las multas por exceso de velocidad. El parque automovilístico, a pesar de que tiene "una media de edad avanzada" ofrece modelos que sin apenas pisar el acelerador la velocidad se eleva en pocos segundos.