las revelaciones del GRUPO NOTICIAS en torno a las numerosas y extensas fincas que posee en Somoto Ana Urchueguía, delegada del Gobierno Vasco en Chile y exalcaldesa de Lasarte, y las adquisiciones -al menos poco transparentes- que realizó en aquel municipio nicaragüense, donde compró terrenos a la misma ONG a la que había estado financiando desde el Ayuntamiento guipuzcoano que entonces regentaba, exigen una pronta aclaración para que la opinión pública no extienda el manto de sospecha hacia la labor solidaria y de cooperación que realizan en Euskadi decenas de organizaciones sociales, entidades locales y miles de voluntarios. No en vano, este país se ha caracterizado por ser un referente en labores de cooperación al desarrollo y en la seriedad y profesionalidad con las que se han llevado a cabo proyectos guiados no tanto por el marketing solidario, sino por el objetivo de ir resolviendo los déficit estructurales en los que viven. La cooperación vasca aporta anualmente a estos proyectos un monto global de alrededor de 72 millones de euros -incluyendo las asignaciones institucionales- a través de decenas de colectivos plurales . Las principales ONG están agrupadas en una coordinadora vasca donde rige un código ético que obliga a la transparencia y al cumplimiento de sus compromisos, piezas clave para su credibilidad, y un grupo importante de ellas basa su tarea en resolver las causas de la pobreza para ir modificando la realidad, apostando de forma prioritaria por el empoderamiento de su población. La movilización social y el voluntariado activo que rodea a todas estas organizaciones es, además, un gran activo que evidencia la musculatura que adquiere la sociedad civil vasca como motor de cambio para la erradicación de las injusticias y de la pobreza. Por todo ello, es una exigencia ineludible que las presuntas irregularidades en las ayudas a la cooperación que se han producido alrededor de la gestión de la terrateniente Ana Urchueguía se esclarezcan para que el movimiento social que sostiene esta gran tarea no se vea afectada en su imagen pública. Y es al mismo lehendakari Patxi López al que le corresponde dar cuenta acerca de si la delegada de su Gobierno en Chile y Perú está a la altura de la tarea que se le ha asignado.