HACE varios días que las obras del BAI Center se iniciaron en la plaza de Euskaltzaindia, y desde entonces no hay un tema de índole municipal que haya cobrado mayor protagonismo en tertulias, debates más o menos vecinales y corrillos de ciudadanos. Es lógico que así sea, tanto por la elevada inversión que requiere lo que antes era conocido como palacio de la música, congresos y exposiciones como por la cercanía de las elecciones municipales y forales, que todo lo contamina. El BAI Center, llamado a ser uno de los motores económicos de la ciudad y referencia musical y congresual cuando se abra en 2014, está presupuestado en 157 millones de euros, una ya de por sí elevada cifra que seguramente acabará creciendo y de la que en principio se hace cargo en un 80% el propio Ayuntamiento de Vitoria. Y ya está en marcha no porque el equipo de Patxi Lazcoz haya querido apuntarse un tanto con sabor electoral, porque de ser así el tiro le habría salido por la culata, sino porque el PNV apoya la infraestructura y ambos partidos consideran que, aun en tiempo de crisis, una infraestructura de estas características servirá para crear empleo durante su construcción y riqueza en el futuro. Todo gira alrededor de un doble debate: la necesidad que pueda tener Vitoria de dotarse de un triple complejo de estas características y la idoneidad de acometerlo en una coyuntura de crisis económica. Sobre la primera cuestión, y más allá de los aventurados planes de rentabilidad que presentó el Ayuntamiento -exigibles en el área congresual, pero dudosamente necesarios en la cultural- cabe preguntarse qué va a ocurrir con la competencia directa que se originaría entre las tres capitales de la CAV, todas con infraestructuras para congresos de parecidas características, y que colisiona con esa idea de Euskal Hiria tanta veces mentada. En cuanto a la segunda, no es admisible que Vitoria corra con el 80% de semejante gasto ante la evidencia de que similares infraestructuras en ciudades vecinas no fueron pagadas por sus ayuntamientos, pero sí es discutible que deba acometerse ahora, en época de presupuestos ajustados. Urge, por lo tanto, lograr una mayor financiación del resto de instituciones para seguir adelante con el proyecto, y el Gobierno Vasco, tal como reveló Patxi López a este diario, parece dispuesto a ello.
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