LA decisión del Comité de Competición de la Federación Española de Ciclismo de archivar el expediente del positivo por clembuterol del triple vencedor del Tour Alberto Contador, al tomar en consideración la apelación del ciclista y reconsiderar la propuesta de sanción de un año, cierne serios interrogantes que cuestionan la aplicación indiscriminada de la normativa, la igualdad de los deportistas ante la misma, la independencia de los estamentos deportivos respecto a intereses espurios al deporte y, en definitiva, todo el sistema antidopaje. Pese al desmentido del propio Comité de Competición de que hayan mediado presiones en todo el proceso, hasta de Zapatero y Rajoy -que no se han abstenido de intervenir en el debate público sobre la decisión del órgano arbitral-, la absolución de Contador ha hecho correr ríos de tinta en la prensa europea y muchos análisis coinciden en su indisimulado escepticismo. Entre otras voces, el propio director del Tour de Francia, Christian Prudhomme, puso ayer en duda que esta resolución haya puesto punto final al caso Contador y se preguntó si no "estamos ante el enésimo episodio del culebrón". Y es que la federación española no ha llegado a esgrimir un argumento sólido que sostenga el cambio de criterio del positivo del corredor madrileño y justifique la aplicación final del artículo 296 de la reglamentación antidoping de la Unión Ciclista Internacional, que abre la puerta a la eliminación de la sanción basándose en la ausencia total de culpa, en lugar del artículo 297 aplicado en primera instancia, que permite únicamente reducir el castigo a la mitad (un año) por negligencia significativa. Cierto es que el ciclista, en su recurso, ha podido aportar argumentaciones jurídicas de matiz que hicieran reconsiderar la decisión, pero llama la atención que se hayan tomado en consideración tras cinco largos meses de investigaciones y repercusión pública y mediática del positivo del vencedor del Tour. Y no se trata de juzgar si Contador usó o no sustancias o métodos prohibidos, sino de constatar que en la investigación de su positivo se han permitido excepciones y presiones favorables a su absolución. Está claro que el ciclismo español ha sorteado una batalla, pero ha quedado lejos de ganarla de cara al mundo.