Mi esposo fue ingresado por el Servicio de Urgencias en el Hospital de Txagorritxu el pasado domingo 6 de febrero, en la planta 3 del Hospital, Servicio de Traumatología, por una fractura de hombro como consecuencia de una caída accidental. Fue debidamente atendido y se le realizaron tres radiografías del hombro izquierdo y una cura (tres puntos) en la mano derecha. Al parecer, debía ser operado de dicha fractura. El lunes 7 no recibió ningún tipo de atención médica ni de enfermería, salvo una rápida visita de un presunto doctor (sin bata ni identificativo) quien, sin ningún tipo de exploración al paciente, de lejos, dijo que se debían realizar otras pruebas (RX o TAC). Ante la ausencia de más noticias, el martes 8 por la tarde pregunté a las enfermeras de la planta si estaba prevista alguna de las pruebas pendientes, ya que habían pasado dos días desde el ingreso y no nos habían informado de nada en concreto, recibiendo por toda respuesta, de bastantes malos modos y con mucha prepotencia, una oferta de alta voluntaria.

El miércoles 9 se le realizó un TAC, por fin, y se le dijo que había que esperar los resultados del radiólogo. Durante el resto del día y durante la mañana del día 10 (quinta noche de ingreso y cuarto día de estancia) no se nos facilitó ninguna información más, ni por personal médico, ni por personal de enfermería. Sobre las 14.45 horas del jueves procedieron a dar el alta médica al paciente, tras citarlo a consulta ambulatoria. Hemos regresado al domicilio bastante desconcertados y un tanto perplejos, con el hombro roto y sin operar.

Mala praxis: Desatención médica, falta de información (ni tan siquiera qué médico era el referente), tardanza en la realización de las pruebas (sólo un TAC a los tres días del ingreso), desatención de enfermería (hasta el cuarto día ni tan siquiera le curaron los puntos que le pusieron en Urgencias, ni le cambiaron el apósito), actitud hostil en la respuesta de las enfermeras del turno de tarde a las preguntas lógicas de la que suscribe, que se concretó en una oferta de alta voluntaria inmediata, a modo de amenaza, falta generalizada de habilidades sociales en el trato a los pacientes de la mayor parte del personal de enfermería y médico del servicio de traumatología y déficits de amabilidad y empatía.

Nuestra estancia en la pensión Txagorritxu nos ha generado una sensación absoluta de desconfianza en la respuesta de ese hospital, lo que nos lleva a la difusión de esta queja.