El presidente Hosni Mubarak ha dimitido, dando paso a una alegría que se extiende por las orillas del Nilo. Los corresponsales extranjeros han hecho el agosto con esta crisis. Para ello cuentan con toda una serie de expertos que inventan palabras como plaza de la liberación o de la decepción, día de ira, etcétera. Lo que no comprendo es que Hosni Mubarak, hasta la fecha considerado por los mismos periodistas como un presidente de paz y como una garantía de estabilidad para toda la región, sea ahora tildado de un día para otro de dictador. ¿Acaso es que únicamente ahora ha actuado de forma autoritaria o quizá es que ya no nos interese seguir apoyándole? Todos los gobiernos o regímenes árabes, por lo general, no son democráticos. Hosni Mubarak ha logrado treinta años de paz con Israel, veamos cómo está Egipto dentro de unas décadas. Eso no menoscaba las críticas que se pueden hacer a su régimen, pero cuando alguien es sometido a un juicio tan mezquino e hipócrita entiendo a su defensa.
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