Hablaba en mi colaboración para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA Internet de las cosas, publicada el pasado 13 de diciembre, de un nuevo concepto que designa una red de objetos equipados con dispositivos de identificación que permite saber dónde están y quién los posee. Un concepto para una nueva tecnología en este mundo de la información y del conocimiento en el que, según auguran los expertos, la privacidad, tal y como ahora la conocemos, habrá desaparecido en diez años si antes no hacemos algo.

Y es que, en paralelo al cambio tecnológico, también se está transformando nuestra forma de comunicarnos, de relacionarnos, de estar en el mundo. De manera sutil han desaparecido de nuestro entorno -o han pasado a formar parte de nuestras reliquias documentales- cartas manuscritas, cintas de vídeo, carretes de fotos o la televisión analógica. Su lugar ha sido reemplazado por e-mails, móviles, ipads, iphones, redes sociales o la TDT. Esta revolución tecnológica viene pareja a un cambio del lenguaje y nuevos conceptos. Palabras como mensaje de texto, e-mail, bloguear, googlear o web se han instalado entre nosotros y otras han adquirido un sentido diferente. Pensemos que agregar, etiquetar o bloquear en red, e incluso la misma palabra red, tienen un alcance muy diferente en la vida real.

También se ha modificado la percepción de determinados valores. Lo íntimo, lo confidencial o la amistad han tomado otra magnitud. La cautela, la prudencia, la desconfianza ante lo desconocido, el no hablar con extraños, no son una pauta de conducta en las Redes Sociales. Muy al contrario, lo habitual es hablar con desconocidos, con personas a las que quizás no conocerás nunca en persona, pero a las que virtualmente les has abierto las ventanas y puerta de casa y a las que muestras tu agenda, tus gustos, tus inquietudes, tus entradas y salidas. Les haces partícipes de tus viajes, de tus imágenes, de tus estados de ánimo y aficiones. Este afán por hacer partícipes a los otros de nuestras vidas y por participar en las vidas de otros, esta mezcla de curiosidad y de exhibicionismo desmedido, ha hecho, por ejemplo, que 14.000 usuarios den su correo electrónico a una web sin saber para qué funciona, qué persigue ni qué ofrece. Un simple anuncio en Hacker News ha obrado el milagro.

Pensemos además que cada vez que creamos una cuenta en Internet y aceptamos las condiciones del contrato y el uso de sus gestores nos estamos sometiendo a la jurisdicción que se aplique sobre tratamiento de información en los servidores del estado en el que se ubique la empresa -EEUU, India o Corea- y consentimos que nuestros datos se transfieran y se procesen por ellos. Claro está que si queremos pleitear lo tendremos que hacer allí, con las dificultades que ello entraña. Pero así lo hemos consentido al aceptar las condiciones.

Son cada vez más las voces que señalan como el gran problema de la seguridad en Internet al propio usuario. Pero para ejercer nuestros derechos hemos de conocerlos con un uso responsable; aquí no vale la improvisación y el libre albedrío.

Una solución vendrá con la revisión del marco jurídico. La Comisión Europea está adaptando la Directiva de Protección de Datos Personales, que verá la luz este mismo año. Pero, en el futuro, las complejas tecnologías de la información, en constante cambio y desarrollo, hacen pensar que la legislación no será suficiente para salvaguardar la privacidad. Surge así el concepto Privacy by Design, la privacidad por diseño, un método preventivo y proactivo que garantice, desde el origen, la privacidad de las personas. Un concepto sobre el que tendremos que abundar.

Entre todo caso, somos los propios usuarios los que podemos aportar soluciones de seguridad. Para ello, con motivo del Día Europeo de la Protección de Datos, la Agencia Vasca de Protección de Datos presenta unas Tutorías sobre Privacidad en Redes Sociales que orientan sobre cómo registrarnos en las redes sociales, cómo configurar las opciones de privacidad o cómo bloquear a personas que nos molestan. Unas tutorías que se pueden consultar en nuestra página web www.avpd.es y que nos ayudarán a mejorar nuestra privacidad formando a las generaciones futuras.