En este mar de opiniones, reacciones y escritos sobre el comunicado de ETA, hay algo que apenas ha aflorado (lo hicieron con gran acierto los miembros de Justicia y Paz hace algunos días, pero poco más). Me refiero a la realidad contrastada todos los días de que ETA no es sin más el problema vasco, esto es: si desaparece ETA, desaparece al mismo tiempo el problema vasco. Esto es falso.

Es lo que intentan hacernos creer Patxi López y Zapatero y el bien nutrido y pagado grupo de sus ideólogos de cámara: los Paco Llera, Joseba Arregui, Savater, Aulestia, Isabel Martínez, etc. Ustedes saben que el problema vasco no se solucionó en la Transición con la Constitución española. Ustedes saben que para la mayoría de la población el problema vasco no es "el señuelo ilusorio del nacionalismo etnicista", como intentan venderlo un día y otro a la opinión pública.

Porque el problema existe más allá de ETA, es necesario en estos momentos hablar, dialogar entre los legítimos representantes de este pueblo sobre la definición y las salidas políticas a este problema político. No hacerlo es distorsionar y violentar la vida política y social de Euskal Herria, lo que puede ser en un futuro de nuevo germen de una nueva violencia. Y para terminar, decir que ponerse medallas propias con la desaparición de ETA es el colmo de la estupidez política.