Quizá no hayan oído dicho término, pero se trata del ancestral método de la eutanasia mediante el consumo de tabaco, convertido en asociación sin ánimo de lucro por la elección de un modo del buen morir, de la que soy en estos momentos su único socio y presidente.
Nazco aprovechando la aparición de la Ley Antitabaco en un intento de acogerme a las excepcionalidades previstas en la misma; mayores, incapacitados, reclusos carcelarios e internos psiquiátricos en sus amplias variedades que la ley no se atreve a distinguir. A los eutabásicos nos da igual la equiparación a cualquiera de las categorías o grupos indicados. Ya desde el nacimiento mismo lo hacemos para morir, por lo que toda nuestra existencia la programamos desde el buen morir continuo y permanente, de ahí nuestra procedencia eutanásica. No nos adscribimos a los que auspician el suicidio, dado que pretendemos y no renunciamos a una larga vida en compañía del tabaco por despejar dudas además del humo propio de nuestra actividad.
Hemos conseguido la perfecta asociación en la que, sin ánimo de lucro, colaboramos y pagamos nuestros impuestos con los que subvencionamos y financiamos muchas actividades. No obstante, dado que hoy en día se calcula el costo sanitario de todo, rogamos a las autoridades actuantes en la materia que en el momento de que el costo de nuestra atención sanitaria sobrepase nuestras aportaciones impositivas, intereses incluidos, nos liquiden con una vulgar inyección letal.
Como lo que queremos es que nos dejen en paz, exigimos de los poderes públicos que no nos discriminen por nuestra condición o circunstancia personal de fumadores y que se nos garantice el derecho de reunión pacífica y sin armas.
Aceptamos que comercien con nosotros, que nos pongan restaurantes, bares y demás lugares de ocio atendidos por exclusivo personal eutabásico.
Por último quisiera manifestar nuestra mayor repulsa a incrementar el número de socios de esta asociación a partir del presente año 2011 con los que hoy no sean mayores de edad, de forma permanente, perpetua y de tal forma que los eutabásicos desaparezcamos totalmente, calculando una media de vida de 80 años, hacia el año 2070.
Ignacio Arraiza Valle
Socio fundador de Eutabasia