LA sociedad está inmersa en una gran controversia social por la aplicación de la tan discutida ley que prohíbe fumar en lugares públicos. Esta ley de reciente y obligado cumplimiento está en boca de todos los medios de comunicación frente a otras leyes que pasan totalmente desapercibidas, seguramente porque las primeras que las incumplen son las administraciones y ellos mismos. Estamos hablando de la Ley vasca de Promoción de Accesibilidad de 1997 o de la Ley de Igualdad de Oportunidades, no Discriminación y Accesibilidad Universal de las personas con Discapacidad de 2003.

El otro día se dijo en un informativo de televisión que había más de 2.000 inspectoras e inspectores recorriendo locales para velar por el cumplimiento de la Ley Antitabaco y se dan informaciones de las primeras multas que llegan a los primeros locales insumisos, así como de cierre de locales. Y me pregunto: ¿cuántas inspectoras e inspectores existen para velar por la no discriminación de las personas con diversidad funcional?, ¿cuántas multas se han puesto por incumplir la Ley vasca de Accesibilidad?, ¿cuántos locales (públicos o privados) se han cerrado por vetar el acceso y discriminar a las personas por su discapacidad? ¿y cuántos se siguen abriendo con esas características discriminatorias?

Lamentablemente, seguimos siendo un colectivo invisible, como otros, y parece que no es tan importante velar por nuestros derechos para garantizar nuestra igualdad como el resto de ciudadanía. Así que si la inspección de turno hiciera una revisión general e instara a que se quite el escalón de la entrada, la puerta no sea pesada, los mostradores sean accesibles y haya aseo para que todas y todos podamos utilizarlo sería un puntazo. Aunque nos digan que no hay presupuesto, cuando se quiere se puede hacer, como en el caso de esta controvertida Ley Antitabaco.

Silvia Apodaka Arrizabalaga

Eginaren Eginez - Asociación de personas con discapacidad física de Álava