se muestra optimista nuestro alcalde sobre las opciones de supervivencia del Deportivo Alavés. Patxi Lazcoz se apresura a firmar convenios con Ruiz de Gauna, el último ayer mismo, lo mismo que el principal acreedor del club, o sea la Diputación, que también ha cambiado el tono y ya hasta habla en positivo del futuro de la nonagenaria entidad. Pero pasan las semanas. Ya han transcurrido prácticamente quince días desde que se activara la tan ansiada y demandada ampliación de capital que supuestamente va a terminar con todos los problemas que se arrastran desde que se le permitiera a Piterman acumular deuda y robar todo lo que pudo ante la ausencia absoluta de control. Y nada se sabe aún de esos nuevos inversores que estaban al parecer ansiosos porque se abrieran los plazos para presentarse con un par (o más) de millones. ¿Por qué están todos tan tranquilos y por qué ahora sí se firman los convenios que antes se negaban aduciendo una precaria e inestable situación que, si no me equivoco, es exactamente la misma? ¿Ha cambiado algo? ¿Vuelve Querejeta a interesarse por el fútbol y nos salvará o es que van a ser otros los llamados a hacerse con las riendas de un club de fútbol, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva? ¿Cuándo se sabrá algo? Estamos igual que antes, mejor dicho peor: nos seguimos conformando con que el equipo gane partidos pero las amenazas de subastas o liquidación se ciernen sobre el club. A lo mejor es que la prisa ya no es tanta por algo que se me escapa. ¿Por cierto, cuánto falta para las elecciones?