YO creo, firmemente, que la jubilación se debería mantener en la edad en que está fijada, es decir los 65 años. Ya desde hace varias décadas se viene produciendo en España un fenómeno por todos conocido que son las prejubilaciones, y ello supone que los trabajadores acceden al status de jubilados con anterioridad a la edad legal de jubilación. La realidad es que la edad media de jubilación en España a día de hoy es la de los 63 años (no computando a efectos de esta media las personas a las que se les reconoce una incapacidad laboral por parte de la Seguridad Social).
Parece que en los últimos tiempos la clase política se ha dado cuenta de que el sistema de Seguridad Social tal y como está configurado no es viable, cosa que a mi juicio es más que discutible por las siguientes razones:
1.- Becarios: En España hay miles de trabajadores que por la puerta de atrás, a través de supuestas becas de formación, están desarrollando una actividad profesional pura, prestando servicios para empresas por cuenta ajena sin cotizar a la Seguridad Social y sin cumplir con las condiciones establecidas por la legislación y los convenios colectivos para los trabajadores por cuenta ajena. Ello supone que miles de jóvenes, especialmente cualificados, llegan casi a la edad de treinta años, e incluso la superan, sin haber cotizado un solo día a la Seguridad Social y sin tener reconocido ningún derecho como trabajadores (por ejemplo: derecho a vacaciones, asistencia sanitaria propia a través de la Seguridad Social,?). No se entiende la razón, en este caso como en tantos, por la cual los sindicatos miran para otro lado al observarse que, de forma masiva, las empresas utilizan esta forma de contratación de becarios, con la connivencia de los centros académicos (universidades, centros de formación profesional,?), obviando fórmulas legales de contratación laboral de personal como pueden ser los contratos en prácticas (según reza en la página http://www.mtin.es/es/informacion_colaboracion/contratos/contenidos/practicas.html: contrato en prácticas: tiene como finalidad facilitar la obtención de la práctica profesional adecuada al nivel de estudios cursados por los trabajadores con título universitario, o de formación profesional de grado medio o superior o títulos reconocidos oficialmente como equivalentes o de certificado de profesionalidad que habiliten para el ejercicio profesional). Ello me hace preguntarme que si ésta es la fórmula legal prevista para esos fines, ¿qué son los becarios?, ¿un fraude de ley?, ¿una estafa?, ¿la esclavitud del siglo XXI?, ¿la puerta de atrás para tener una casta inferior sin derechos, a precio de saldo y que permita a España parecerse a países subdesarrollados?, ¿tenemos envidia de estos países? Lo que está claro es que lo que realmente son los becarios es un problema para la viabilidad del propio sistema de la Seguridad Social. Una bicoca, a corto plazo, para los empresarios, pero una rémora para el Estado y una sangría para los propios becarios y para sus compañeros de trabajo, a los cuales se les ponen en riesgo sus pensiones por la falta de cotizantes y cotizaciones. Ahora que vengan a argumentar lo que quieran, sea lo que sea será una milonga.
2.- Prejubilaciones: Otro de los problemas que hacen dudosa la viabilidad de la Seguridad Social es que se ha permitido y se está permitiendo, incluso alentando, acceder al estatus de jubilado a personas que no cumplen con el requisito de haber alcanzado la edad legal de jubilación. En algunos casos se ha llegado a permitir la jubilación, a mi juicio de forma escandalosa, de personal al que le faltaban casi quince años para alcanzar esa edad legal de jubilación (por ejemplo: bancarios, RTVE,?), lo cual hace que estas personas dejen de realizar las aportaciones debidas a la Seguridad Social durante mucho tiempo y pasen a engrosar la nómina de ésta, con lo cual se agrava doblemente el problema (no cotizan y además cobran, y en muchos casos dan vértigo las pensiones que cobran). La cuantía de sus pensiones, sin duda, es exponencialmente mucho más elevada que las pensiones mínimas que perciben las viudas, autónomos y muchos trabajadores. Hay que decir que es lógico que algunos ramos se jubilen antes de la edad de 65 años, pero eso está también contemplado por la ley (minería, marinos, pescadores, discapacitados,?), pero lo que no es de recibo es la barra libre al arbitrio de la empresa de turno.
3.- Extranjeros: El aumento de las prestaciones sanitarias y farmacéuticas es otro de los problemas que minan la viabilidad del sistema, y que viene dado en razón de las personas que se encuentran en situación ilegal en España, los cuales acceden a estos servicios por el mero hecho de estar empadronados. Estas personas no contribuyen a hacer frente a los gastos que supone el sistema público sanitario y farmacéutico, y sin embargo hacen uso de esos servicios sin que les sean facturados o que hagan frente al coste de los mismos. Van al sistema público no al privado, y sin embargo en muchos casos trabajan en economía sumergida en el ámbito privado, obviamente, pues sólo faltaría que el ámbito público hiciera economía sumergida.
4.- Pensiones máximas: No debemos olvidar que el sistema de pensiones es un sistema público, y lo que garantiza o debe garantizar es una subsistencia digna para todos los trabajadores que han prestado servicios en las condiciones legalmente previstas en España. Ello supone que las pensiones deben tener una cuantía mínima que permita la referida subsistencia del trabajador y de las personas que tenga a su cargo de forma adecuada, pero en ningún caso debe la percepción de la pensión pública suponer, para el trabajador jubilado, el ingreso de cantidades que puedan resultar insultantes, incluso para un trabajador muy cualificado que aún esté en activo. Es decir, que si una persona pretende mantener un status de vida elevado, lo que debería hacer es acudir a productos financieros al efecto (planes de pensiones,?), pero no hacerlo a costa del sistema público, puesto que, como se ve, ello pone en riesgo la viabilidad del propio sistema. Es bueno que se vaya cobrando la mentalidad de un sistema sostenible; un sistema viable para las generaciones presentes y futuras.
Éstos son unos pocos argumentos de los muchos que se podrían plantear y que son perfectamente viables para paliar la situación actual y mantener la edad legal de jubilación en los 65 años sin que haya que sacrificar a generaciones enteras a favor de otros. Hay que tener también cuidado con este tipo de desequilibrios sociales que podrían tornar en otro tipo de desequilibrios para nada deseables.