Se lo cuento de primera mano: la semana pasada solicitamos al Gobierno Vasco que dé por finalizadas las ayudas que vienen recibiendo las ikastolas francesas de manos de los ciudadanos vascos. Populares y socialistas respondieron de manera contradictoria: se comprometieron a dar por finalizadas dichas ayudas en un próximo futuro... pero decidieron mantener la ayuda de 400.000 euros anuales durante los próximos tres ejercicios, con el argumento de que los centros educativos privados franceses se enfrentan a una serie de compromisos económicos y financieros... que tenemos que pagar nosotros (centros que acaban de recibir más de dos millones de euros del Gobierno de Aquitania, por cierto). Es ciertamente extraño que tengamos que ser los ciudadanos de Euskadi quienes tengamos que atender las necesidades financieras de centros educativos privados de un país extranjero, con la manida y sacrosanta excusa de la promoción y el impulso del euskera. Y es ciertamente extraño que esto siga ocurriendo cuando ya no gobiernan los nacionalistas. Desgraciadamente, los argumentos en política sólo sirven de manera relativa, pero seguiremos insistiendo: una cosa es la ayuda a la euskaldunización en cualquier lugar del mundo (cosa que apoyamos y a lo que se han destinado ingentes cantidades de dinero público en los últimos 25 años) y otra financiar la educación reglada de un país distinto al nuestro... y siendo además escuelas privadas. No es nuestra competencia. Es una injerencia. Populares y socialistas deberían darnos una explicación.