ÉSTA es la solución que propone el Gobierno español obligado por las altas instancias del Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y los que tiran del carro en la Unión Europea, a saber, Francia y Alemania; gobernados por gabinetes títeres autodenominados liberales pero que en esencia son marionetas en manos del poder económico y empresarial y que gobiernan al dictado de estos últimos. Poniendo como ejemplo una panadería con su propio obrador y que al bajar las ventas de pan pone su horno a la venta, obtiene una liquidez momentánea, pero no le quedará más remedio que subir el precio del pan o hacer estos más pequeños (recortes), puesto que deberá hacer frente a un alquiler por usar un horno que en su día fue todo suyo.

El Estado renunció a los beneficios que producían Repsol, Iberdrola, Telefónica regalándolas al sector privado en pos de una falsa libertad, puesto que la privatización no supuso ni la mejora de servicios ni el abaratamiento de costes, aunque sí supuso un empeoramiento de las condiciones laborales y económicas de sus empleados y, por ende, un empeoramiento del servicio puesto que se anteponen los beneficios al bien común. Malos tiempos para la lírica y para las políticas sociales, recortes y congelaciones, mientras los beneficios de las empresas anteriormente citadas siguen siendo astronómicos. Beneficios que superarían con creces el tan manido déficit estatal. Así, nuestro panadero, por cada pan que venda deberá entregar la mitad al actual dueño de su horno, con lo cual se dará cuenta de que vender su horno no fue ninguna solución, al contrario, le supuso hipotecar su negocio y tener que entregar parte de sus beneficios a cambio de una fugaz y etérea liquidez: pan para hoy, hambre para mañana.

Iñigo Orduña Ridruejo