hasta hace bien poco, he tenido en buena consideración los servicios sanitarios prestados por el Hospital de Txagorritxu de nuestra ciudad. Pero unos recientes hechos me han provocado rabia y ofuscación, y hacen que modifique ese parecer y lo llenen de mi más absoluto descrédito.

Practicando deporte me lesioné la rodilla derecha el pasado mes de abril. Acudí al médico de cabecera, que ante la lesión -rotura de fibras isquiotibiales- me recetó ibuprofeno. Estuve un mes con mucho dolor y me hicieron radiografías. A partir del 25 de mayo se solicitó consulta de traumatología al Hospital de Txagorritxu. Hacia el día 25 de junio, no habiendo obtenido respuesta, Consultas Externas me derivó a la sección de Atención al Paciente, que me hizo saber que podían pasar dos meses antes de ser atendida. Planteé mi queja y mandé una carta a Osakidetza, de la que no he tenido contestación.

Un mes después, hacia el 25 de julio, teniendo la rodilla hinchada y con mucho dolor, por indicación del médico de cabecera me dirigí al Servicio de Urgencias. Después de esperar varias horas, me hicieron una radiografía y fui atendida por una doctora sudamericana. Según su diagnóstico, tenía una artrosis degenerativa y no había ningún remedio. No obstante, en la radiografía no se apreciaba nada. Con rabia contenida, volví a presentarme en la sección de Atención al Paciente, pero ya era tarde.

Al día siguiente llamé por teléfono, atendiéndome correctamente. No obstante, me dijeron que, según les constaba, yo ya había pasado consulta de traumatología el día 7 de julio, siendo totalmente incierto. Me concertaron rápidamente la consulta con el traumatólogo en Olaguíbel para el día 10 de agosto, la resonancia para el 17 del mismo mes y el 3 de septiembre nuevamente para la consulta. El resultado de todo ello fue que tenía el menisco de la pierna derecha roto y completamente astillado, y el de la pierna izquierda roto. Seguidamente, me hicieron los trámites para ingresar en el hospital.

El día 15 de octubre me hicieron las pruebas, análisis de sangre, ECG y rayos X de tórax. El día 2 de noviembre tuve cita con el anestesista. Después de preguntarle por si sabía la fecha de ingreso, me remite a la secretaría de traumatología, donde me dicen que hay pacientes esperando desde el 14 de enero del año pasado, y que ya me avisarán. Seguidamente, acudo a Atención al Paciente, donde me responden que en operaciones quirúrgicas no pueden hacer nada.

Manifestando mi impotencia y frustración por todo lo acontecido, que representa una evidente dejadez y burla hacia los pacientes, espero que se publique este escrito para general conocimiento de la sociedad.

Victoria Ocariz