escribo estas líneas con la esperanza de que me escuchéis y podáis entender la posición que he mantenido yo misma y Aralar en relación al Día de la Memoria. Lo primero que os quiero trasladar es que no me gusta el resultado: el primer Día de la Memoria en Euskadi nace dividido y con la mirada reducida. Las víctimas, ninguna, merecéis que después de tanto sufrimiento, y tantos años de espera, ahora tengáis que vivir un día de la memoria de estas características, sólo porque los partidos no hemos sido capaces de mantener el consenso mantenido hasta ahora en relación a esta cuestión. Consenso que dio su último fruto el pasado 22 de diciembre cuando todos acordamos que existe un reconocimiento pendiente a las víctimas que no están incluidas en la Ley de Víctimas.

No me gusta no estar hoy con las y los que acudiréis al Parlamento, porque he estado, estoy y estaré con todas y todos vosotros. Creo sinceramente que los que habéis sido víctimas de ETA, GAL, BVE y otros grupos armados habéis sido víctimas de un terrible e injusto sufrimiento y os merecéis todo nuestro afecto, cercanía y reconocimiento. Es lo que os he intentado trasmitir durante los últimos años desde mi escaño parlamentario, y seguiré en el empeño de que el reconocimiento de vuestro sufrimiento sea cada vez más amplio.

No obstante, hoy no vamos a estar en la lectura de la declaración de Presidencia porque quienes han querido parcelar el sufrimiento vivido en este país y no incluir a todas las víctimas no nos han dejado otra opción. Pero quiero que tengáis claro que nuestra ausencia es una respuesta a los partidos que han roto el consenso. Desde la ausencia, también hoy, estamos con vosotras y vosotros.

No me gusta tampoco que las víctimas más olvidadas por las instituciones vascas -las que no estáis reconocidas en la ley- tengáis que volver a vivir el agravio hoy. Que nuevamente tengáis que sentir que os han dejado de lado, que vuestro padecimiento no tiene la misma consideración. Quiero que sepáis que estamos con vosotras y vosotros, que no os vamos a dar la espalda y que seguiremos en nuestro empeño de que se reconozca y repare, también, vuestro sufrimiento. Y por supuesto, seguiremos trabajando para que en ediciones posteriores podamos rendir homenaje a la memoria de todas las víctimas que ha habido en el marco de la violencia vivida en Euskadi en las últimas décadas, sin excepción.

Partimos de la profunda convicción de que la convivencia conciliada requiere del reconocimiento de todo el daño causado; requiere de una revisión crítica del pasado que no deje fuera a nadie. Requiere de altura de miras de los responsables políticos para no cometer errores y no profundizar en lo que nos divide. Y creo además que lo conseguiremos; que lo que este año no ha sido posible, lo será en un futuro cercano. Y con esto último me quedo. Un abrazo a todas y todos.

Aintzane Ezenarro

Portavoz parlamentaria de Aralar