QUIERO aprovechar estas líneas para trasladar mi más sincera enhorabuena a Mariano Rajoy. Admito que comenzaba a pensar que el sheriff de Génova tenía la sana intención de presentarse a las elecciones de 2012 sin programa; aunque en realidad sospecho, y creo no equivocarme, que su estrategia transitaba por ver pasar el cadáver de Rodríguez Zapatero por delante de su puerta en este mismo curso parlamentario, fumándose un puro triunfante sin mover un dedo. Pero no, José Luis es, sobre todo, un superviviente y Mariano ha salido al quite de la remodelación de Gobierno a pecho descubierto, desvelando que sí, que ideas tiene, aunque no haya querido contarlas en dos años y medio de crisis. Al margen de la actitud Scrooge, Rajoy da un giro y empieza a desvelar sus planes, tal cual, les quita el velo... o la careta, porque del partido -propagandístico palestino al cuello- de los trabajadores de De Cospedal queda poco en lo que se atisba. La pregunta es si lo que pretende es hacerse el haraquiri reactivando a esos electores más de izquierdas y progresistas decepcionados con Zapatero, que tienen que estar acojonados de lo que se les puede venir encima si optan por la abstención. Que se agradece la sinceridad vaya, pero el estilo Berlusconi es arriesgado salvo que seas Silvio Berlusconi y gobiernes en Italia. En esta nueva estrategia de Rajoy, sólo le falta un Tea Party castizo, algo rollo Partido Gazpacho o Agrupación Kalimotxo, por poner. Que ya le estoy viendo a Esperanza Aguirre en plan mamá oso tipo Sarah Palin. Yo lanzo la sugerencia...
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