ANTE las salvajes agresiones del Gobierno a diferentes sectores de la sociedad, no podemos quedar impasibles o paralizados, en base a la más o menos justa desconfianza mutua o con organizaciones implicadas en la respuesta social.

Con la antiobrera reforma laboral quieren eliminar toda causalidad para facilitar el despido de los trabajadores, prolongar la edad de jubilación, recortar las pensiones, anular la negociación colectiva, cuestionando el papel de los sindicatos y de centenares de miles de delegados sindicales elegidos en los centros de trabajo. En última instancia, tratan de acabar con la protección social y que seamos los trabajadores, la mayoría social, quienes paguemos las consecuencias de la crisis, deteriorando nuestras condiciones de vida y trabajo, mientras la banca y los especuladores financieros, causantes de la crisis, aumentan sus riquezas multimillonarias.

Diferentes sindicatos hemos llamado a la huelga general para hoy en todo el Estado, incluido en Euskadi, en tanto que con la del 29 junio no logramos que el Gobierno diera marcha atrás a su política regresiva.

Por otro lado, prohibiciones del derecho de manifestación como la del pasado día 11 en Bilbao, impidiendo que miles de personas se manifiesten a favor de los derechos humanos, civiles y políticos, incluido el derecho a la vida, hacen necesaria otra respuesta, más allá de las opciones ideológicas y opiniones políticas, en defensa de unos derechos, que corresponden a toda la ciudadanía. La convocatoria para el sábado 2 de octubre, a las cinco de la tarde en Bilbao, es otra oportunidad, junto con la huelga general de hoy, para movilizarnos en defensa de nuestros derechos.

La desconfianza, más o menos justa, con los protagonistas de una u otra convocatoria, no puede dejarnos paralizados, ni volcar las energías en una convocatoria y pasar de la otra, como si la ofensiva no fuera global contra nuestros derechos.

Lamentablemente, muchos que apoyan la huelga general del hoy pasan de la manifestación del día 2 y a la inversa, una gran parte de asistentes a la manifestación del 2 pasan de la huelga del hoy. Así estamos perdidos, no tenemos remedio. El individualismo, la división y el sectarismo favorecen que las políticas del adversario prosperen, recortando nuestros derechos, mañana puede ser tarde, y las lamentaciones inútiles. Quien no defiende los derechos del vecino, facilita el recorte de sus propios derechos. Por ello, vamos hoy a la huelga general y el 2 a la manifestación de Bilbao, por nuestros derechos, contra prohibiciones y recortes sociales.

Jesús Uzkudun