Que la vida es una constante evolución es cosa sabida y, como tal, contemplamos cuánto han cambiado las maneras de convivir. Hoy se escribe sobre la imposibilidad de independencia de la juventud y, dentro de esa lógica, se reclama a la Administración normas y ayudas.
Y consecuencia se produce otra circunstancia: esa reclamación de independencia de la juventud provoca la independencia de los padres y se convierte en el abandono del mayor. Esos padres mayores que ayudaron al joven en su crianza, educación y en conseguir su independencia se ven desprotegidos por aquellos a quien ellos protegieron.
Al igual que a la independencia juvenil, debería darse mayor importancia a la no independencia del mayor.