eL arranque del curso escolar 2010-2011 por parte de la consejera de Educación, Isabel Celaá, ha puesto en evidencia que, a pesar de las expectativas generadas desde el Gobierno de Patxi López en esta área -convertida en un peligroso tótem para visualizar el nuevo rumbo político-, las interrogantes superan a las realidades. La última de ellas tiene que ver con la tan aireada educación trilingüe, una de las grandes promesas electorales de los socialistas y que busca su implantación en un sistema educativo al que aún le queda mucho que avanzar para garantizar una educación bilingüe, con manejo y control de las dos lenguas oficiales de la CAV. Sin que esto estuviera garantizado, el nuevo Gobierno Vasco se lanzó a por el trilingüismo con una experiencia piloto en 40 centros de enseñanza y sobre un planteamiento que ha sido muy contestado ya que, al margen de objetivos más o menos publicitarios, los centros no han recibido ninguna directriz sobre cómo se llevará a cabo el nuevo plan y cómo se evaluará. Materia sensible la que le toca gestionar a Celaá, máxime cuando el sistema educativo vasco ha alcanzado altos niveles de calidad y el entorno escolar (familias, enseñantes y gestores) sabe distinguir entre la eficacia y la propaganda, entre la innovación y el cambiar por cambiar. Mientras, la consejera mantiene sus expectativas en este nuevo curso escolar en torno a la implantación del polémico Plan de Educación para la Paz en aras a lograr lo que ella viene denominando "empatía" de los escolares hacia las víctimas de la violencia, como si hasta ahora los centros educativos hubieran sido la referencia indiscutible de la transmisión de aquellos valores que favorecen la violencia y la falta de respeto. Y está también la cuestionada implantación del programa Eskola 2.0, no tanto por su necesidad sino por la falta de seriedad con la que se planteó desde el principio y cuyos problemas de implantación aún no se han solventado. Y también la anunciada reducción de los conciertos educativos en la Formación Profesional, la disminución del número de cursos del programa Irale para capacitación lingüística del profesorado, el recorte de ayudas para la escolarización de 0 a 3 años, la problemática de los comedores escolares, la precariedad de un acuerdo con la minoría sindical, la situación de las Eskola Txikiak...