LA humanidad se halla en una encrucijada peligrosa. Los preparativos de ataque contra Irán están en un avanzado grado de preparación, incluidas armas nucleares de alta tecnología. La operación está en el plan del Pentágono desde mediados de la década de los 90, y sería conjunta con Israel y la OTAN, al menos. La flota EEUU-israelí merodea el golfo de Ormuz, y no precisamente por vacaciones. El 11-S sirvió como excusa para su aceleración, pero quedan muchos interrogantes sobre aquel día que, en otro momento, abordaremos. La guerra es una necesidad del sistema de mercado con capital en Wall Street y está muy relacionada con la crisis económica, a través de los grandes productores de armas y las multinacionales anglosajonas del petróleo. Los medios repiten el papel negativo de Irán, que antes jugaron Afganistán e Irak, sin valorar las consecuencias de una posible confrontación que podría convertirse, en el peor de los escenarios, en la III Guerra Mundial. Cuando el Sha de Persia fue derrocado en 1979 sin un solo disparo, EEUU y Francia planeaban dotar a Irán de la bomba atómica, hasta que llegó Jomeini y condenó su uso. Desde entonces Irán no ha cambiado su línea, es uno de los países firmantes del Tratado de No Proliferación Nuclear (no así Israel) al que un ataque exterior podría llevar a lo que, en teoría, se pretende evitar, que haga uso militar de la energía nuclear. Ahmadinejad ha reclamado, desde la tribuna de la ONU, un Medio Oriente libre de armas nucleares. Pero los tratados están para saltárselos, EEUU ha suministrado unas 480 bombas termo- nucleares B61 a cinco países de la OTAN no nucleares, tales como Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía, así como a un país nuclear, el Reino Unido. Violencia legítima, guerra humanitaria, ataque preventivo son los nombres que adopta la invasión de Asia, una manera de sentar las bases (unas 800 en todo el mundo) del no muy lejano choque de trenes contra China, Rusia e India. El American way of life tiene fecha de caducidad. El imperio se resiste a caer mediante una presión diplomática descomunal contra el Consejo de Seguridad de la ONU y los países occidentales; intentando convencer a la opinión pública sobre la peligrosidad de Irán y la bondad de sus propias intenciones: hacer del mundo un lugar más seguro. ¿Acaso lo consiguieron las dos innecesarias bombas sobre Hiroshima y Nagasaki? Los 200.000 hibakusha (supervivientes) que sufrieron graves deformaciones, deterioro genético y cáncer, no piensan igual, aún esperan que EEUU se disculpe por este genocidio. Sin éxito, de momento. Desde la llegada de Obama con su flamante Nobel de la Paz, el movimiento antiguerra ha bajado tanto la guardia, que la bofetada puede ser doblemente dolorosa. Fue un presidente demócrata, Harry S. Truman, quien ordenó al ángel de la muerte Enola Gay su lanzamiento "para que los chicos vuelvan a casa". Al conocer los resultados de su hazaña declaró con orgullo: "Es el suceso más grandioso de la historia". El manifiesto Rusell-Einstein advirtió en 1955: "O la humanidad renuncia a la guerra atómica o la energía nuclear hará renunciar a la humanidad (? ). Si la tercera guerra mundial se realiza con bombas atómicas, la cuarta, si queda alguien para hacerla, será con palos y piedras". Existen hoy 22.000 armas nucleares en el mundo, que bastarían para destruirlo todo por diez veces. Como dijo el novelista Ray Bradbury: ¿Qué me importan a mí las otras nueve? ¿Por qué las supuestas bombas nucleares de Irán son una amenaza para la humanidad y las de Israel-EEUU no? El comunismo fue el gran enemigo durante la guerra fría, entonces nadie hablaba de terrorismo islámico. Muerto aquel sistema con la caída del muro y la Unión Soviética, hizo falta otro lobo que asustara a las ovejas. Y los talibanes afganos, buenos contra la URSS, pasaron a ser los malos al desaparecer aquella. Ni el mayor prestidigitador podría mejorarlo.
Pero hace falta una excusa, casus belli, que decían los romanos. Hoy sabemos que los detonantes de las guerras del siglo XX han sido grandes patrañas reconocidas posteriormente por los países emprendedores. El desastre del Maine, el hundimiento del Lusitania, el incendio del Reichstag, el ataque de Pearl Harbour, el incidente de las lanchas del golfo de Tonkín, han sido manipulados como sucesos detonantes de otros conflictos bélicos. Pero después de treinta años de recogido el botín ¿a quién le importa? ¿Qué importa ahora que Sadam Hussein no tuviese nada que ver con el 11-S ni con Al Qaeda, como reconoce el FBI, o que no existieran las supuestas armas de destrucción masiva? Las familias Bin Laden y Bush tienen negocios en común. "Cuando el sabio señala la luna, el necio se queda mirando al dedo". La conocida frase le viene como un anillo, a la hipocresía política de Washington tras la publicación de 92.000 documentos clasificados por WikiLeaks sobre la guerra de Irak, que ha señalado la responsabilidad criminal de dicha empresa, sin plantearse en absoluto quién ha sido el provocador de dicha guerra y sus auténticos motivos. Sin hablar de Guantánamo, ni de Abu Ghraib. Para el poder resulta fácil desviar la mirada de la ciudadanía cuando no va en la dirección políticamente correcta, inventar una excusa, buscar la provocación, infiltrar al enemigo, corromper dirigentes. Es necesaria una buena razón para entrar en Asia con bombas por delante. Ya la fabricarán. ¿Qué dirían el NY Times o el Washington Post si algún país invadiese EEUU con la excusa (real, no inventada) de que es el principal poseedor de armas? Irán tiene el 10% de las reservas mundiales de petróleo y es la tercera bolsa de gas, no pueden decir que van a llevárselo por las buenas, quedaría feo. Hace falta otra supuesta agresión, un pecado venial para justificar un pecado mortal, Israel puede jugar su papel provocador. Veremos qué inventan. El terrorismo islámico es perfecto, puedes acusar a cualquier país de darle cobijo para atacarlo, o secuestrar a cualquier ciudadano sin permiso (vuelos de la CIA en Europa). Algunos hablan de un segundo 11-S. Teniendo en cuenta que se acerca la fecha, no podemos sino sentirnos sobrecogidos. ¿O tal vez les guste más el simbólico aniversario del 11 de septiembre 2011? Están listas cuatro unidades de la madre de todas las bombas (MOAB en inglés). Se llama GBU-43/B. Han costado 58,46 millones de dólares. ¿Dejarán que se pudran? No me gusta el sonido de estos tambores.