El actual Gobierno Sociópata está decidido a homologarnos a nuestros socios europeos en lo que concierne al cobro de impuestos. Yo que pensaba que trabajaba en homologarnos la tasa de crecimiento al alza, el índice de paro a la baja, aumentar el nivel educativo de los jóvenes, mejorar las medidas de acceso a la primera vivienda? ¿No le vale con ir convergiendo en precios de alimentos básicos como frutas, verduras, pan y leche, del tabaco, gasolina, bebidas, electricidad, gas, etc?
Es posible que nuestro Gobierno homologado en incertidumbre al griego, desprovisto por imagen de los nocivos consejos del FMI, precise más que nunca mirar al exterior para saber qué hacer, de ahí la obligación de homologar nuestro desempleo a la de cualquier país subdesarrollado para mantener a la población dócil, mientras la precariedad, la flexibilidad y siniestralidad laboral permanecen en cotas tercermundistas al objeto de mantener la competitividad de nuestras empresas, tanto como la economía sumergida puede compararse con la existente en el vecino Marruecos, sin que nada de ello nos prive de codearnos con las grandes potencias militares a la hora de invertir más del 10% de nuestro presupuesto en armamento, si bien, para ser justos, ello va en consonancia con que nuestra industria armamentista se sitúe la sexta a nivel mundial en la exportación de ingenios bélicos, o que la corrupción se asemeje a la de los países latinoamericanos, el porcentaje de población reclusa sea de los más altos del mundo por cada mil habitantes, a lo mejor por la influencia del trafico de drogas que no es menor que en Colombia? Es lo que tiene la globalización, que todos nos homologamos, unos en una dirección, otros en otra.
A este paso, España va camino de convertirse en quimera macroscópica para los analistas internacionales, pues pocos Estados están en condiciones de competir en turismo con California, corrupción con Italia, exportación de armas con los EEUU, diversidad multinacional con la antigua Unión Soviética, gastronomía con Francia, lujo con Arabia Saudí y dentro de poco en impuestos con Suecia. Porque a fútbol, ciclismo, tenis y resto de deportes? no hay color. ¡Waka! ¡Waka!