BUENO, hoy toca una relajadita, que estamos encarando el tramo final de agosto, las fuerzas están ya justas para los que aún no nos hemos cogido vacaciones y el cuerpo de los que andan zanganeando convenientemente está demasiado relajado como para grandes reflexiones vitales. Reposa en la bandeja de temas chuscos de mi mesa una recopilación titulada "Los gadgets más inútiles". Donde dice gadget -para los de mi edad, algo tiene que ver, pero no se trata del famoso inspector tío de Sofía y dueño de Sultán-, léase trasto, chisme, cacharro, artefacto o esa gran palabra, sinónimo de sinónimos: cosa. Encabezando la lista, un calienta-sujetadores USB. Como su propio nombre indica, las almohadillas en cuestión se recargan a través del ordenador. Muy práctico. Aunque esto lo digo porque estamos en agosto (por muy a la vasca que esté siendo), ya veremos si me río tanto allá por enero, cuando Gasteiz recupere su sobrenombre de Siberia. El rollo USB está muy de moda. En el top ten de esta modalidad de cachivaches está el Pet Rock, un utensilio con forma de piedra y una conexión para la computadora. Como sugiere el avispado redactor de la lista "no hace nada, pero tampoco molesta". También existe una modalidad de ratón -de ordenador- para utilizar con los pies, ahí, rollo Nacho Cano en plan Vishnu. La cumbre tecnológica es un taser -un aparatejo de esos que provoca descargas eléctricas- con mp3: los dejas tiesos, pero con ritmo. Pero, como siempre, las mejores ideas son las más sencillas: el protector de plátanos, para que el almuerzo de los chavales no llegue hecho yogur. Toma ya I+d+i.
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