Estos días ha estallado la polémica, el presidente Obama en un acto público se ha mostrado favorable a la construcción de una mezquita en la Zona 0. Luego, debido a las presiones propias de la política ha tratado de retractarse. En un principio se alega la libertad de culto, derecho fundamental que todo el mundo reconoce, pero recapacitemos un poco, ¿realmente se trata de la defensa de este derecho? O de un uso cuando menos absurdo de una demagogia política sin precedentes.
Si fuese musulmán, creo que sería un firme opositor a la construcción de una mezquita en la Zona 0, un lugar en el que murieron miles de personas a manos de fanáticos religiosos musulmanes. ¿Quién querría que donde unos extremistas han causado una tragedia se construya un templo perteneciente a la misma creencia que estos indeseables? Pongamos hipotéticos ejemplos para hacernos una idea: ¿qué opinarían si EEUU abriese un consulado justo en la Zona 0 donde cayeron las bombas atómicas de Hirosima y Nagasaki? ¿O si Serbia construye un templo ortodoxo en Sebrenica, lugar donde fueron asesinados miles de bosnios? Así las cosas dejemos de tratar de hacer una política pomposa y postmoderna y tengamos sentido común, algo de lo que anda escaso a quien se le ocurrió tal inapropiado proyecto.