ES empezar a ahondar en el mundo animal y quedarse atrapado. No en vano los documentales de La 2 son los más vistos, si hacemos caso a lo que respondemos a las encuestas (las encuestas dan para otra serie de Mesas, lo dejaremos para cuando se acerquen las elecciones). Hoy va de huevos. Pero no de huevos así a lo loco, no, del huevo. El huevo con mayúsculas. El primigenio. El padre de todos los huevos. Porque señores, ¿qué fue primero? ¿El huevo o la gallina? ¿Cuántas veces les ha asaltado esta pregunta sumiéndoles en la más profundas de las reflexiones tántricas? No me digan que no han pasado horas mirando al infinito mientras, rozando con sus dedos -espirituales claro- el Nirvana, le daban vueltas a este acertijo, junto a otro clásico básico de la materia. A saber: ¿hace ruido un árbol que cae en el medio de un bosque si no hay nadie que pueda escucharlo? Pues bien, lo del árbol no puedo aclarárselo. Pero respecto al huevo, que sepan señores, que la gallina fue primero. Así lo afirma una investigación de la Universidad de Sheffield y la de Warwick. Al parecer, han descubierto "una proteína en la cáscara del huevo, esencial para su formación, que sólo se halla en los ovarios de la gallina". Ahora bien, esto tiene matices. Dice uno de los autores del estudio que "el concepto de una cáscara de huevo" -yo nunca le pillé el punto a eso del conceptualismo filosófico, conste- es cosa de los dinosaurios o incluso previo. Luego, sin puñetera idea de biología concluiré, con toda la evidencia de equivocarme, que entre la gallina y el huevo, lo primero fue la sopa primordial. A pesar de Mafalda.