En breve habrán pasado tres meses desde que ETA asesinó a Jean-Serge Nérin en Francia durante una persecución. Su anterior atentado se remonta a agosto de 2009, cuando hicieron estallar tres bombas en Mallorca. Se ha reducido mucho su actividad y prácticamente es noticia sólo cuando se producen detenciones. Ojalá llegue pronto el tan deseado cese definitivo de su actividad, lo que no significa en modo alguno iniciar otro proceso condicionado a unos supuestos objetivos políticos.
Pero no podemos dejar que este tiempo de supuesta tranquilidad para muchos sea tiempo de soledad para otros. Mientras parece que la situación está más calmada, ETA sigue extorsionando. Si en los momentos de mayor actividad toda la sociedad siente el terrorismo como una de sus preocupaciones y declara su indignación ante la situación que sufren los perseguidos y extorsionados, en momentos como el actual tendemos a olvidar o darle menos importancia. Por lo tanto, no debemos permitir que este clima aparentemente más tranquilo suponga que quienes sufren su chantaje se sientan menos acompañados.
Se ha publicado recientemente que ETA ha intensificado en gran medida su campaña de extorsión a empresarios. Una forma de violencia casi invisible cuyas víctimas sufren de forma anónima. Desde Gesto por la Paz queremos llamar la atención sobre esta situación, recordar que no por la baja actividad ha dejado de haber gente que sigue sufriendo y necesita nuestro apoyo.