BASTA para que Patxi López haya desempolvado el tema de la fusión de las cajas vascas para que otro partido, UPyD en este caso, le haya acusado de jugar con "intereses partidistas", apostando, como lo hace ahora, por la integración. Es la misma acusación que los socialistas vascos lanzaron al PNV, en los dos intentos anteriores a tres, y en especial en 2008, cuando se planteó la fusión entre Kutxa y BBK. El PSE y López, por lo tanto, reciben ahora, que están en el Gobierno, la misma moneda con la que jugaron en un asunto que tensionó el panorama político-financiero vasco. No parece de buen gobernante y, menos, de responsable del segundo partido en representación de la CAV, que ayer, desde la tribuna del Parlamento Vasco, puso encima de la mesa el argumento de que la fusión de las cajas vasca supondría el 4,6% de los activos de las cajas de todo el Estado para justificar la integración. No parece que sea el mismo el que tan sólo hace año y medio mandó a sus representantes en las asambleas de las cajas a votar en contra de una integración que lo que pretendía era, precisamente, ganar en tamaño y competitividad. Y, precisamente, cuando sus impulsores pretendían adelantarse a los movimientos que estamos viendo en la actualidad en el sistema financiero español, sobre todo, en las cajas. Habría que preguntarle a Patxi López qué es lo que ha cambiado en este año y medio para que lo que entonces era una operación partidista en contra del país, hoy sea una realidad inexcusable. Igual la respuesta no está en lo que dijo ayer Patxi López, sino en la necesidad de los socialistas de continuar teniendo un pie en alguna caja vasca. Curiosamente, ayer el lehendakari eludió mencionar la propuesta de fusión fría inmediata que Gregorio Rojo lanzó vía artículo de prensa restringido a un medio, evidenciando así o menos entusiasmo o más prudencia que su partido, que ya valoró como atractiva la operación, por otra parte, descartada por las otras dos protagonistas. Quizá porque sobre la Caja Vital planean ahora incógnitas que pasan por los tribunales. Pero todo ello no es óbice para desempolvar la hemeroteca, recordar sonoros brindis, y preguntarse qué ha cambiado de entonces a ahora. Aunque construir requiera mirar al futuro, el pasado siempre es un buen maestro.
- Multimedia
- Servicios
- Participación