la estrategia preferida de Washington y Tel Aviv en su estrategia antiiraní es implicar a otros estados para intentar cercar a la República Islámica. Los halcones más proisraelíes de las diferentes administraciones norteamericanas intentan sembrar cizaña y obtener la ayuda para su estrategia a lo largo y ancho del globo. En América de Sur, por ejemplo, difundieron la noticia de que Hezbollah disponía de comandos en la llamada "triple frontera" entre Argentina, Paraguay y Brasil. Tel Aviv ha enviado a sus emisarios, militares y diplomáticos para chantajear y amedrentar a gobiernos y ponerlos bajo su órbita de influencia.

El Gobierno derechista colombiano, encabezado por Uribe, ha colaborado con Israel en el intento de desestabilizar a la república bolivariana de Venezuela. En Europa, con una UE otanizada y sin política exterior independiente, el lobby israelí de EEUU ha procurado que los gobiernos europeos rompan relaciones comerciales y diplomáticas con Teherán. Y, por supuesto, ha hecho todo lo posible para que los gigantes continentales, Rusia y China, rompan también con Irán. Es el método de siempre. Divide et impera.

El Estado de Israel ha determinado la política exterior norteamericana de las últimas décadas y, si alguna vez han colisionado los intereses de EEUU y de Israel, el AIPAC y otros grupos de presión han logrado que prevalezcan los intereses del Estado sionista. Samir Amin señala que los cinco monopolios de las grandes potencias son estos: el monopolio de la tecnología, el de los flujos financieros, el monopolio al acceso a los recursos naturales, a los medios de comunicación y a las armas de destrucción masiva. Hace poco, en la cumbre de Washington, los EEUU y los gobiernos que le hacen el coro declararon que "los países reunidos aquí declaramos que el terrorismo nuclear es una de las mayores amenazas para la seguridad mundial y decidimos actuar de forma práctica para atajarlo". Esto traducido significa que el poder nuclear tiene que estar controlado por el eje Washington-Tel Aviv, que los demás gobiernos tendrán que plegarse y colaborar en su estrategia bélica y que aquellos que muestren su solidaridad con la República de Irán serán tildados de "cómplices del terrorismo" por los amos del mundo.

Asier Ecenarro Arancibia