Parece ser que los recuerdos del pasado traen de cabeza a una muy pequeña parte de la población que no quiere que se remuevan los cimientos y sacar a relucir hechos históricos espeluznantes hasta la saciedad.
Da igual quién sea su promotor, abogado, juez, asociación, persona civil e inclusive cual su idea de pensar y el color de su partido. El caso es que los crímenes de guerra, llamados "de genocidio" nunca deberían de tener una fecha de caducidad y menos estar exentos de una ley de punto y final.
Promovidos y amparados por un Sindicato que se hace llamar Manos Limpias y que carece de representantes sindicales en ningún centro de trabajo, han conseguido parar dicho proceso de exhumación de fosas y a la vez abrir un sumario contra su inspirador. Dicha querella contra el juez que instruye las diligencias de la recuperación de la Memoria Histórica está promovida aparte del citado Sindicato, por Falange Española e inclusive por imputados en el caso Gürtel.
Últimamente han sido exhumados en Aibar (Navarra) los restos de cuatro fusilados el día 3 de septiembre de 1936 en plena Guerra Civil; se trata de tres vecinos de Cáseda y otro de Sangüesa. Lo triste de este proceso es que las víctimas del franquismo tienen la idea de apelar a la justicia argentina, como medio de ayuda.
En la CAV, se han encontrado 51 enterramientos de esa época. En Álava, hay confirmados 21 casos de restos humanos, aunque pudiesen existir más. De lo aquí expuesto pueden dar fe numerosas cunetas y caminos vecinales del resto del Estado español. Nunca deberíamos de olvidar aquella frase que dice que los pueblos que no conocen su historia, están condenados a repetirla.