En estos últimos días, se han vuelto a oír voces que proclaman no sólo la necesidad de la tasa cero de alcohol, sino que además dicen que, como españoles, estamos preparados para asumir esta necesaria medida.
Y no se trata sólo de impedir beber para conducir, que no es poco, se trata de que incluso podríamos ganar en seguridad de actuación para todos. Ya no valdría estar pensando: "? si habré bebido poco?, o si con estas cervezas me dará?" se trata de que a poco que beba me da, ya sí nos mentalizamos todos que no se bebe. Si se va a conducir no bebemos nada, ni yo ni el que viene de frente.
No beberá un poco y se la juega a ver si no me pillan, o a ver si no doy, se trata de que no se bebe porque siempre te va a dar, y así por culpa del alcohol no morirán más. La tasa cero es necesaria; por situaciones de seguridad de tráfico, y por evitación de problemas poblacionales. ¿Se imaginan la cantidad de juicios que se llevan a cabo por alcoholemias? Cada vez son más los procesos en los que se condena a conductores por sobrepasar lo permitido, y son condenados a meses de retirada de carnet, a multas de 700 euros para arriba y a una veintena de días de trabajos en beneficio de la comunidad, todo ello, en conformidad, porque ante la evidencia de la alcoholemia, vale más conformarse con dos tercios que arriesgarse contra la evidencia.
La tasa cero evitaría malos entendidos, nada es nada, cero es cero, y la vida es la vida de todos los que al volante podremos conducir con mayor seguridad, podremos conducir con la mente despejada, y sin ninguna copa ni de más ni de menos.