Según datos recientes, España, con 925 millones de dólares en armas vendidas, se encuentra actualmente en la sexta posición en el ranking de los países exportadores, mientras que a la hora de comprar armas España ocupa el 17º lugar.

Para nuestro futuro, ¿es más importante el control del calentamiento global o el mantenimiento de los ejércitos y sus organizaciones armadas? La respuesta parece obvia, pero tal vez no lo sea si pensamos que los grandes del mundo frenan la posibilidad de acuerdos internacionales para la implementación de políticas ambientales concertadas, mientras que en otros ámbitos, como el militar, los gastos son enormes.

Un estudio realizado en EEUU nos enseña que lo que falta es a menudo la voluntad y no la escasez de recursos. Más en concreto, decisiones incluso muy extremas para reducir las emisiones de CO2 no serían tan catastróficas para la economía mundial. ¿Cuáles serían los pasos a realizar? Ante todo, la eliminación del carbón, junto al aumento del precio del petróleo y del gas siendo recursos limitados; otra iniciativa a tomar sería el bloqueo de todo proceso de deforestación para, en su lugar, iniciar un proceso de enriquecimiento del patrimonio forestal.

Según los datos resultantes del estudio, el coste total de tal proyecto podría acercarse al 2,5% del PIB mundial, un porcentaje que al menos una tercera parte de los estados del mundo superan para su propio presupuesto militar. Dicho porcentaje supera el 4% en China y Estados Unidos.

Los gobiernos consideran más importante construir una aparente seguridad para defenderse de hipotéticos enemigos, a menudo construcciones culturales, que defendernos de un enemigo real, mucho más peligroso y aparentemente negligible en un presente o futuro cercano.