Desde Gesto por la Paz siempre hemos defendido que el terrorismo es una actividad ilegítima y despreciable en todo lo que abarca este fenómeno: persecución, asesinato, secuestro y todos sus derivados. Desgraciadamente, podemos comprobarlo aquí, en nuestra sociedad, directamente amenazada por la actividad violenta de quienes creen que por la fuerza van a doblegar a toda la ciudadanía. Y las víctimas han sido múltiples, con sólo una habría sido demasiado y no podemos ponerle un criterio de cantidad al terrorismo para considerarlo como tal. En nuestro entorno, sufrimos la violencia de ETA y trágicamente hay que añadir la actividad que desarrollaron el del GRAPO, FRAP, del Batallón Vasco Español (BVE) y el GAL. Muchas personas, se convirtieron en víctimas y no podemos perder de vista que no existía ninguna razón para que así lo fueran. La violencia terrorista no puede ser relativizada, aunque se haga en nombre del pueblo, o del Estado, es absolutamente despreciable. Por ello, el reconocimiento de víctimas, a todos los ciudadanos que recibieron una injustificable agresión, es preciso para que nuestra dignidad como sociedad no se vea empañada y tengamos siempre presente que de forma absoluta todos los crímenes terroristas son ilegítimos y condenables.