la Comisión Europea acaba de proponer una consulta pública en la que solicita a los ciudadanos, empresas y administraciones que planteen su punto de vista en torno a las prioridades de la UE. El tema no es trivial ya que en marzo de 2010 los Estados miembros van a aprobar las prioridades hasta 2020 (como se hizo la célebre Cumbre de Lisboa, en la que se aprobaron los objetivos de la estrategia europea hasta 2010).
La citada consulta se realiza en base a un documento que desarrollan tres estrategias: crear valor basando el crecimiento en el conocimiento, potenciar el papel de los ciudadanos en sociedades que ofrezcan oportunidades y crear una economía competitiva, conectada y más respetuosa con el medio ambiente.
Los estados que están tirando de la economía europea lo tienen claro: hay que apostar por el conocimiento, por una sociedad innovadora y un entorno que ayude al máximo a las empresas en sus nuevos retos. Tres apuestas sencillas en las que ya llevan trabajando varios años con una estrategia clara, liderada por el máximo representante de sus instituciones y con el apoyo de un pacto público-privado.
Euskadi había iniciado también este camino en los últimos años. El Gobierno Vasco y las diputaciones forales tenían planes compartidos y un foro de encuentro en el que sincronizaban sus políticas: el Consejo Vasco de Ciencia, Tecnología e Innovación, pero desde mayo de 2009 no se sabe muy bien qué camino sigue el Gobierno López. Con siete meses de legislatura ya transcurridos, lo único que sabemos del Plan de Competitividad, del de Ciencia, Tecnología e Innovación, o del Consejo Vasco, es que el PNV pregunta por ellos una y otra vez y que Gobierno y sus socios del PP dan largas y echan balones fuera.
Ni un borrador de estos Planes, ni de sus líneas maestras. Eso sí, tienen claro que quieren mejorar la coordinación con el Estado, que va en el vagón de cola del crecimiento en Europa, según nos certifican las estadísticas de creación de riqueza o empleo todas las semanas.
Con la que está cayendo lo que necesitamos es un Gobierno que comunique, de forma clara y convincente, sus apuestas. Y que estas apuestas nos lleven a engancharnos a las locomotoras del desarrollo en Europa. Necesitamos encontrar nuevos caminos de crecimiento para tener más y mejores empleos, para sostener el Estado de Bienestar que hemos heredado. Este es el debate y no las cortinas de humo a las que el Gobierno López nos está acostumbrando.
El verdadero problema es que es muy difícil debatir cuando ni siquiera existe ese proyecto, que además no debe ser sólo del Gobierno, sino que tiene que ser compartido con los ciudadanos, con los empresarios, agentes sociales, diputaciones, ayuntamientos?
El PNV tiene un proyecto de futuro para este país abierto y conectado a las locomotoras del crecimiento en Europa y por eso hemos dedicado el primer período de sesiones a trabajar en el Parlamento las bases de ese proyecto, que necesita del debate y de llegar a acuerdos para que tenga el máximo respaldo de todas las fuerzas parlamentarias.
Con este fin hemos venido trabajando para alcanzar varios acuerdos. El primero de ellos ha girado en torno al Plan de Competitividad. Nos parece que la situación de nuestras empresas y de nuestra industria requiere del máximo apoyo de las instituciones. Apoyo para el sostenimiento de su actividad en 2010 y para la reconversión y el lanzamiento de nuevas actividades, de nuevos negocios. Y debo decir con satisfacción que la iniciativa presentada por el PNV alcanzó el apoyo de todas las fuerzas parlamentarias, y acordamos instar al Gobierno vasco a remitir un Plan de Competitividad 2010-2013 a esta Cámara para que se debata, antes de finalizar el próximo periodo de sesiones.
El segundo acuerdo se centra en el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación. Tal y como plantea la estrategia de la Unión Europea, el crecimiento en esta nueva etapa debe basarse en el conocimiento. Y el conocimiento hay que trabajarlo, hay que invertir en él, y hay que establecer prioridades. Por eso, resulta imprescindible ordenar nuestro sistema vasco de innovación para que afronte con la máxima eficacia los nuevos retos. Y en este caso, la del PNV también alcanzó el máximo consenso, y acordamos instar al Gobierno a que elabore el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación 2011-2014 para impulsar la innovación en Euskadi.
El tercero de los acuerdos radica en que estos Planes se tienen que elaborar con la máxima participación de todos los agentes económicos y sociales, y con el máximo consenso parlamentario. En este punto, hemos tenido que recordarle al lehendakari que cuenta un instrumento privilegiado para ello, el Consejo Vasco de Ciencia, Tecnología e Innovación, que no ha convocado desde su llegada al Gobierno. Ahora parece que, a raíz de una pregunta del PNV, por fin lo convocará en enero. Nunca es tarde si la dicha es buena.
Hasta aquí los acuerdos alcanzados. Pero también ha habido cuestiones de gran calado que han sido rechazadas por el Ejecutivo López y por su socio, el PP. Entre ellas, la negativa a destinar los 86 millones de euros procedentes de la transferencia de I+D -que consiguió el PNV en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado- al desarrollo de una política específica de ciencia y tecnología, y a apoyar los proyectos de futuro de nuestras empresas y agentes científico-tecnológicos. Pero en vez de desarrollar unas competencias que nos corresponden, han optado por priorizar el seguir atados a las instituciones del Estado.
Este es el balance de estos primeros meses de legislatura en lo que se refiere a la política industrial. Mientras unos apostamos por seguir enganchados a la locomotora europea, otros prefieren ligarnos al vagón de cola.