Los que nos preocupamos por los derechos humanos, y defendemos la causa saharaui hemos recibido el mejor regalo de navidad, la vuelta a casa de Aminetu. Pero seguimos muy preocupados porque sabemos que esa misma noche la policía marroquí volvió a repartir palos en el Aaiún, porque ocho saharauis que fueron a visitar a sus familias a los campamentos, están encarcelados a la espera de juicio, porque hay más de 150 saharauis desaparecidos.

Ahora el Sr. Moratinos nos dice que España, Francia y Estados Unidos van a intentar resolver el problema del Sáhara, y nos preocupamos porque España fue capaz de vender el Sáhara Occidental por 200 caladeros de pesca, porque el representante mandado por el Gobierno norteamericano a España, en el año 1974, le dijo al Sr. Cortina, representante del Gobierno español que Hassan II quería el Sáhara, y para terminar porque Francia, principal aliado de Marruecos, se ha dedicado en los foros internacionales a poner trabas a las resoluciones favorables al Sáhara Occidental. Es cierto que estos países han ayudado en el caso de Aminetu, pero también es cierto que ellos, con Marruecos, lo habían creado.

Ante todo esto, España, principal actor, tiene dos caminos; seguir vendiendo la dignidad por cuatro duros, o el camino de Haidar de luchar por la dignidad de su país y por los derechos humanos sin doblar la rodilla. Si elige el primer camino volverá a chocar contra el muro de la solidaridad, que en nada se parece al muro marroquí que divide a lo largo de 2.400 kilómetros al Sáhara Occidental.

Algunas personas a lo largo de estos días, a mi juicio de manera equivocada, han dicho que España no era responsable de la suerte de Aminetu, ni de la del Sáhara Occidental; pues bien, de lo que seguro no es responsable o por lo menos muy poco, es de toda esa inmigración con la cual nos amenaza Marruecos y que procede de países que fueron colonias francesas e inglesas, y para la cual debe pedirse ayuda internacional y tratarse en foros adecuados.

Para finalizar, decir que España debe y puede hacer mucha fuerza para resolver este conflicto, tanto por ser el país colonizador, como por ocupar la presidencia de la Comunidad europea o por la influencia que puede tener con Estados Unidos, como hemos visto, otro responsable del conflicto, o simplemente porque el alma de aquellos que amamos la justicia y los derechos humanos es saharaui.