VAMOS a señalar algunas notables diferencias que traen los nuevos aires que ahora se conocen en el campo educativo como Bolonia. Con Bolonia cambia el concepto de la universidad tradicional. Ya no habrá clases magistrales. El profesor se ha convertido en profesor tutor. Es obligatoria la asistencia a clase. Desaparecen licenciaturas y diplomaturas. Con Bolonia hay grados y másteres o, como dicen otros, grados y postgrados. También grado-máster-doctorado. Es equivalente a los postgraduates en las universidades anglosajonas. Vamos al modelo anglosajón de universidad que prepara a los estudiantes para ponerlos al servicio de los negocios. Son universidades al servicio de la industria, de los grandes capitales y de los potentes grupos financieros.

Estamos ante una falsa diversidad. Con Bolonia se puede cambiar de carrera sin perder lo ya acumulado. Por ejemplo, en primer año nos matriculamos en Humanidades, en segundo nos cambiamos a Ciencias Físicas, el tercero a Ciencias Económicas. Nos graduamos en el cuarto año y ¿qué somos? Prácticamente nada o casi nada. Por eso el grado tiene escaso valor. Lo que vale es el máster o postgrado, que es lo que pide el mercado, lo que cuesta mucho dinero al estudiante.

Bolonia ha surgido de las conferencias del libre comercio, del neoliberalismo. Por eso su tramitación y nacimiento se ha hecho a puerta cerrada y a escondidas. Se trata, en definitiva, de la reconversión industrial con becarios mal pagados. Nos hablan de que Bolonia es movilidad. Que es libertad de cambio, con universitarios que se mueven por toda Europa con titulación válida. No es razón suficiente. Para eso bastaba con multiplicar por cincuenta las becas Erasmus. Y con respecto a clases y tutorías, bastaba con multiplicar por cinco la plantilla de profesores.

Homologación internacional. Círculos progresistas de estudiantes la califican como falsa. De momento es inexistente. Se podían cambiar cosas en lugar de poner patas arriba la universidad clásica. La de Bolonia antigua, la Sorbona, Salamanca.

Hablar de post grado significa hablar de horas lectivas. Es una criba para los estudiantes con menos recursos. ¿Se compensarán con becas? Todavía no lo sabemos. ¿Y los alumnos que estudian y trabajan? ¿Cómo van a encarar una evaluación constante? ¿Y el problema económico? Becas, nos dicen ¿para quiénes? ¿a pagar el 20%? Para muchos la beca crédito, o sea a devolver, a reembolsar cuando el estudiante está ya trabajando. Digámoslo todo, el Estado va a pagar los intereses.

Bolonia se inicia con lucha estudiantil. Previas manifestaciones estudiantiles. París (¿recordaremos el 68?) y también Atenas, Barcelona, Madrid. Pero eso no es por Bolonia, nos dicen. Bien, eso es por el descontento de la juventud que estudia. Por una serie de causas. Bolonia es una de ellas. Son vasos comunicantes.

En esta tradición de lucha estudiantil debemos hacer obligada referencia al Manifiesto de Córdoba (Argentina) por cuanto sirve de lema y bandera. Manifiesto dirigido a la juventud argentina y a los hombres libres de Suramérica. "Acabamos de romper la última cadena que en pleno siglo XX nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Córdoba nos redime. Desde hoy contamos para el país con una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan".

Iosu Osteriz

Economista y licenciado en Contaduría Pública