CIRCULA por los teletipos y las ciberpáginas una encuesta realizada por una empresa llamada Quota Research para Cerveceros de España sobre qué hacemos después del ejercicio físico. Se preguntarán qué demonios tiene que ver la empresa que ha contratado el trabajo con el objetivo del sondeo. Lo van a descubrir pronto, aunque primero conviene analizar los datos. Al parecer, el 82% de la población vasca afirma hacer algún tipo de ejercicio físico, la mayoría de ellos al menos tres veces por semana (71%), fundamentalmente entre semana (42%) y por las tardes (50%). Servidor entraría a formar parte del grupo deportista siempre que se considere como práctica física correr a por el tranvía en Lovaina, que lo veo llegar por la Catedral y acabo de doblar la esquina de Madre Vedruna; si no vale, pues de acuerdo, formo parte del 18% de perezosos, aunque a decir verdad no creo que ocho de cada diez vascos -y vascas, supongo- haga habitualmente ejercicio. Pero lo mejor del estudio es la conclusión estrella: el 64% de los entrevistados afirman que tras la sesión deportiva se toman unas cañas con los compañeros de fatigas. Pues claro, ése es el objetivo principal; de hecho, hay quien queda para un partidillo de pala en Gamarra, los frontones están ocupados y ahora qué hacemos... Aparcar en Portal de Bergara y que corran unas cañitas. Eso sí, en ese caso se echan de menos los comentarios jocosos, que cómo has corrido, Javi, que cómo has fallado ésa, Rubén... Pero la cerveza, cerveza es, y sabe igual de rica.
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