HOY se celebra el Día Mundial del Sida, una ocasión que no podemos pasar por alto por repetitiva que parezca. Si bien es verdad que ha habido avances en campos como el de la investigación, aún queda mucho camino por recorrer en el reconocimiento y en la visibilidad de la enfermedad.
Como muestra baste saber que, según diversos estudios, el 59% de los ciudadanos y ciudadanas se sentiría incómodo si su hijo compartiera colegio con un niño que tiene infección por VIH, que un tercio de los españoles evitaría el contacto con una persona que vive con el VIH y que el 18% estaría de acuerdo en hacer públicos los nombres de las personas afectadas para poder evitarlos.
Asimismo, las encuestas demuestran que todavía se considera que el virus del VIH se trasmite por un estornudo, un beso o por compartir el baño. Esto no dejan de ser manifestaciones del rechazo social hacia las personas afectadas por el VIH o sida, un rechazo que a veces se cree superado.
Aún hoy, las personas que viven con VIH y sida se enfrentan a unos estigmas y prejuicios que están muy arraigados en la sociedad lo que, por desgracia, sigue produciendo situaciones discriminatorias. Este miedo al rechazo y a la discriminación son elementos fundamentales a la hora de ocultar su situación y tomar la decisión de no salir a la calle.
La visibilidad social es crucial para poder luchar contra los prejuicios, el miedo y la desinformación que son, hoy por hoy, la principal fuente de dificultades para quienes tienen que convivir cada día con esta situación. Hay que hacer especial hincapié entre nuestros jóvenes ya que el desconocimiento de la enfermedad les está llevando a tener conductas de riesgo y a no usar adecuadamente medios de prevención. Es un deber de las instituciones trabajar en esta nueva realidad.
Debemos congratularnos del trabajo realizado por los movimientos sociales que trabajan en este campo y cómo desde las instituciones debemos dar pasos más seguros y comprometidos en concienciar y denunciar conductas que vulneren los derechos humanos de unas personas por el mero hecho ser portadoras del VIH.
Nerea Melgosa
Concejala del PNV en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz