El que los grupos políticos del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz remasen todos a una en el Plan de Movilidad Sostenible, el que se mantuviesen firmes y plantados ante las asociaciones de vecinos y grupos de presión inmovilistas, caducos, ombliguistas y provincianos, el que se priorizase el interés general y el hacer ciudad, a pesar de las críticas, etc., parece ser un espejismo.
Volvemos a lo de siempre en esta ciudad: cada uno por su lado, usando toneladas de demagogia, intentando fastidiar y poner en apuros al contrario y haciéndoles la ola y dejándose llevar por los frustrados de siempre que no quieren el más mínimo cambio en la ciudad.
Muchas veces nos comparamos con Bilbao y nos da envidia cómo la capital vizcaína ha sabido reinventarse y qué valentía han demostrado sus políticos apostando sin fisuras y con decisión por cambios que si hubiesen sido consultados hubieran entrado en debates eternos para no llegar a nada. Vamos, lo que suele ocurrir en Vitoria.
Esperemos que nuestros políticos y técnicos demuestren altura de miras y no ser de cuarta regional, no dejarse manipular por los de siempre, asumir que cualquier actuación tendrá críticas y tener claro qué modelo de ciudad queremos: la que avanza en movilidad, sostenibilidad, recuperando espacios para el ciudadano o el modelo de hace 30 años en el que el coche es el rey y la ciudad está hecha a su medida.