Mari Carmen Fajardo abrió hace dos años y medio Mercería Peciña, un pequeño local ubicado en Gasteiz y que le ha dado la estabilidad laboral que necesitaba
Texto: P. MontesHace dos años y medio a Mari Carmen Fajardo Manzano le cambió la vida. Después de varios años de inestabilidad laboral dio un paso al frente y decidió cambiar el rumbo de su vida para convertirse en toda una mujer emprendedora. El camino no es fácil, porque nadie dijo que los comienzos fuesen de color de rosa, pero Fajardo, que ya había tenido anteriormente contacto con el mundo de la costura, creyó en lo que hacía y abrió la que se ha convertido en su segunda casa: Mercería Peciña. Un local que ha devuelto a la calle Francia de Vitoria al pasado, con una tienda de toda la vida, pero con un toque de modernidad. “La realidad es difícil, una gran inversión y mucho esfuerzo. Con tesón se sale adelante. Por fin he encontrado la estabilidad que necesito”, asegura.
Las mercerías son esos establecimientos de toda la vida. Un mundo donde los complementos de costura, bordados, punto, arreglos y otros muchos se convierten en los protagonistas en uno de los sectores más antiguos que se conoce. “Le di bastantes vueltas. No sabía muy bien qué hacer para poner en marcha mi negocio, así que pensé que lo más fácil sería en comenzar un proyecto con algo con lo que ya había tenido contacto antes”, explica Fajardo.
En ese camino, la consultora Bultz-lan jugó un papel fundamental. Para poner en marcha un nuevo negocio se necesita un asesoramiento previo. Como con todo se necesita saber qué primeros pasos hay que dar, cuál va a ser la inversión inicial, qué papeles se requieren, subvenciones y ayudas, consejos… “Desde la consultora se involucraron desde el principio. No podía perder el tiempo y hacer las cosas por mi cuenta. Necesitaba a profesionales que me guiasen y me dijesen qué debía de hacer en cada momento. Estaba perdida”, confiesa. Pero esto solo ocurrió al principio porque después todo fue sobre ruedas.
Tras informarse y dar todos los pasos necesarios para que la mercería arrancase, ese sueño se hizo realidad en muy pocos meses. “Tenía que salir delante de alguna manera. Sé que es una inversión a largo plazo, pero estoy contenta de haber podido poner en marcha Mercería Peciña, un local en el que paso muchas horas pero me apasiona lo que hago”, prosigue.
El asesoramiento y contar con el respaldo de un equipo que dé apoyo a los primeros proyectos es imprescindible. “No me sentí sola en ningún momento y sigo sin sentirlo porque mi asesora me sigue guiando. Está alerta de cualquier ayuda o subvención que salga. Los pequeños comercios lo agradecemos”, expone.
Sin la ayuda de Bultz-lan este proyecto no hubiese salido adelante. Su gestión y asesoramiento ha hecho que hoy haya encontrado un trabajo en el que me siento cómoda”
Fajardo apuesta por los pequeños comercios y de calidad. Estos tienen que seguir vivos. Por ello, además de los productos de toda la vida, también está al tanto de las últimas novedades: “Porque he de dar el mejor servicio a mi clientela. Ellas me lo agradecen”. En esa ilusión a la que tanto esfuerzo está dedicando le da las gracias a la consultora Bultz-lan- “Sin su ayuda este proyecto no hubiese salido adelante. Su gestión y asesoramiento ha hecho que hoy haya encontrado un trabajo en el que me siento cómoda, aunque tenga que trabajar mucho más. Al fin y al cabo es mi proyecto”, concluye.