- La Universidad de Kabul, reconocida como la principal institución educativa de Afganistán, sufrió ayer un ataque yihadista que se prolongó durante unas cinco horas y que causó 22 muertos y el mismo número de heridos.
El grupo insurgente Estado Islámico ha iniciado el ataque en torno a las 11.00 horas, después de que los atacantes irrumpieran en el complejo y se atrincheraran en la Facultad de Derecho, considerada como objetivo del asalto. Según explicó el portavoz del Ministerio de Educación, Hanif Farzan, se encontraban en el campus unas 15.000 personas, entre estudiantes, profesores y otros empleados.
La universidad no se sentía un posible objetivo terrorista, por lo que las medidas de seguridad en el campus eran mínimas, facilitando el paso a los insurgentes. Cinco horas después finalizaba el ataque con 22 muertos, incluidos los dos atacantes, y el mismo número de heridos, confirmó el portavoz del Ministerio de Interior, Tariq Arian.
Arian celebró el rescate de cientos de alumnos y personal universitario durante la operación, mientras las fuerzas de seguridad se esfuerzan ahora en eliminar los explosivos que quedan en el área sin detonar.
Entre los heridos hay estudiantes, profesores, administrativos de la universidad y un taxista, dijo el portavoz del Ministerio de Salud Pública, Akmal Samsour, que reveló que la mayoría de heridos “tienen heridas de bala”, pero se encuentran “estables”.
Al principio del ataque, las redes sociales se llenaron de vídeos filmados por los estudiantes con sus teléfonos móviles, en los que se mostraba a jóvenes saltando muros y huyendo del recinto, mientras de fondo se escuchaban disparos.
La imagen del rostro ensangrentado del estudiante Milad Kohistani se hizo viral después de escribir al inicio del ataque un mensaje en su cuenta de Facebook en la que explicaba que había sido testigo de cómo mataban a algunos de sus compañeros. Medios locales difundieron imágenes de la universidad con cuerpos de estudiantes esparcidos por aulas y pasillos.
El grupo yihadista Estado Islámico asumió la autoría del ataque, según informó la agencia Amaq, afín a los extremistas.
Fuentes de seguridad afganas aseguraron a la misma agencia que “dos combatientes del Estado Islámico lograron asaltar una reunión organizada por el Gobierno afgano en al Universidad de Kabul para graduar a jueces e investigadores tras completar un curso en la universidad”.
Las mismas fuentes y a diferencia de lo que afirmó el portavoz del Ministerio de Salud Pública, aseguraron que “el balance de muertos y heridos en el ataque es de casi 80”, entre los jueces, investigadores y personal de seguridad afgano, mientras que “los dos atacantes murieron durante su enfrentamiento con el personal de seguridad”, según Amaq.
El principal portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, aseguró también en un breve comunicado, que los combatientes del Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) no tenían nada que ver con lo ocurrido.
“Condeno enérgicamente el cobarde ataque terrorista de hoy contra la Universidad de Kabul. Atacar instituciones educativas es un crimen atroz. Los estudiantes tienen derecho a estudiar en paz (...) Prevaleceremos sobre las fuerzas del mal”, dijo la máxima autoridad en el proceso de paz afgano, Abdullah Abdullah.
El representante de la OTAN para Afganistán, Stefano Pontecorvo, condenó lo ocurrido y recordó que “este es el segundo ataque en 10 días contra un centro educativo en Kabul”, después del atentado contra un local de estudios de la minoría chií hazara que dejó 24 muertos, y 57 heridos.
Civiles fallecidos. Según un informe de la ONU de la semana pasada, durante los primeros nueve meses de este año al menos 2.117 civiles murieron y otros 3.822 resultaron heridos por el conflicto armado en el país.
Conversaciones de paz. El ataque se produce cuando desde septiembre está teniendo lugar las conversaciones de paz entre representantes de los talibanes y el Gobierno afgano, que buscan poner fin a casi dos décadas de guerra en Afganistán.
La delegación de la Unión Europea en el país ha resaltado que el ataque “es un acto atroz y una violación del Derecho Internacional”.